A 35 AÑOS
NOS FUNDIMOS EN UN CONTUNDENTE ABRAZO
A las doce en punto del medio día y
en el momento que pitaba la sirena que anuncia en León, la partición del día,
se aparece el veterano periodista, Bernardo Hernández Rojas, como una visión
impensada ─después de 35 años de ausencia─ debajo de un solazo que no era
jugando y cuyos rayos caían derechitos y le sacaban “ayes” al pavimento, pero
allí estaba frente al porche de mi casa, el poeta Bernardo, que si bien es
cierto que me sorprendió, pero también, lo digo con sinceridad, que ésta aparición,
me llenó de regocijo.
─ ¿Y este
milagro? ¿Quién te trajo? ¿La Conchita ¿La Gritería Chiquita?
Era 15 de
agosto. Después del descanso habitual, todos repasábamos nuestro recorrido en
el barrio, junto a la inmensa romería de leoneses y el de haber pegado el grito
tradicional de:
─ ¡Quién causa tanta Alegría! ¡La Asunción de María! ─ ¡Qué Viva la Virgen! Y, en el momento en que yo me disponía a registrar mi saquito de “gorra”, cuando de repente la aparición, ¡Es una visión… pero real. Y me sentí lleno de una inmensa alegría.
─ ¡Quién causa tanta Alegría! ¡La Asunción de María! ─ ¡Qué Viva la Virgen! Y, en el momento en que yo me disponía a registrar mi saquito de “gorra”, cuando de repente la aparición, ¡Es una visión… pero real. Y me sentí lleno de una inmensa alegría.
─ ¡Ideay,
hombré! Pero donde te me has perdido. ¡Cuánto tiempo!
─ H2O, mi hermano. Catarro, bandido.
Venga un abrazo de “coyolina”,
de hermanos... que después de 35 años nos volvías
a juntar.
Y nos fundimos
en un abrazo fraterno, con dimensión de Fraternidad Universal. Y empezó a
desgranarse la “troja” de los recuerdos y uno a uno iban saliendo entre risas…
chistes, pensamientos poéticos, emociones libres, ocurrencias y genialidades de
dos poetas. ¡Era un encuentro de coyolinas!
¡Qué sé yo…”. !Hablamos de la lucha de liberación, de los amigos, del
periodismo; de la fundación de Radio Venceremos, de la insurrección final, de
Wilfredo López “Pochetón”, de Eligio Álvarez, de las falsificaciones y robos
que he sido víctimas… en fin, de “todo un
poco”.
─Y por qué no
mandás a mercar unas “cebaditas fermentadas”.
Y, así,
iniciamos ceremoniosamente el ritual de antaño, y en el propio altar de
“Dionisio”, sorbo a sorbo, fuimos degustando las “chelitas” ricas.
¡H2O y Rubén, nuevamente
reunidos en León, Jamás Vencido!
Yo soy poesía, fui
creado por el amor
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