León,
11 de diciembre de 2012.
Bendito
NIÑO DIOS:
BENDITO
SEA: ¡EL AMOR!
Recibe
estas letras bendecidas y exaltas por el calor fragante del hogar, como
incienso aromático, y como una evocación de mi pueblo.
Y
te digo, con mucha sinceridad, que sigo fiel a ti, y nada me ha hecho desviarme
y creer en otra cosa.
Creo,
igual como creyeron mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos, y así
sucesivamente y en orden ascendente... sigo
fiel, y firme con mi FE. Por lo que HOY vienen
a mí, las reminiscencias de niño, y
de aquél día y de aquella noche, que con los ojos cerrados pienso y siento,
aquellos 24 de diciembre, noche de la cual te esperaba en el Pesebre, muy arregladito e iluminado
con candelas. Y allí, soplando VAHO:
el buey y la mula contentos te esperaban. Al mismo tiempo, sentía en mi piel y
en mi corazón, el HÁLITO del amor de
mis padres. ¡Y, EL AURA DE TU AMOR!
Y,
la Sagrada Familia, santificada por
el Espíritu Santo, esperando el encuentro, uno al lado del otro, junto a tu
cuna, un establo. Signo de humildad, de pobreza y santidad, de camino a Belén,
se alojaron... “porque ya había sido
avisado por el arcángel Gabriel, y que se llamaría: JESÚS”.
En
el Pesebre colgaba una estrella. Y los sabios de Melchor, Gaspar y Baltasar,
gozosos, esperaban al verdadero Rey, con oro, incienso y mirra. Y el incienso
ardía con perfume fragante.
Quiero
decirte, NIÑO DIOS, que recuerdo como hoy, los aires decembrinos que se filtraba
en las mangas de la camisa, y en el cono de mis pantalón. ¡Qué frío hacía, y
que frío hace hoy!
Mis
padres en un solo ajetreo, preparaban las condiciones para la noche y la
“Gallina Rellena” para la cena. Se colocaba la leña entre los “tres tenamastes”. Un fogón (fuego que
se hacía en el suelo), florecido en lenguas alegres, de llamas en deleite, para
el sabor de una delectación de “gallina india o de patio”. ¡NIÑO DIOS TE
GLORIFICO! Soy parte de la fidelidad por antonomasia.
Y.
TE DIGO CON AMOR:
Nos acercamos a una
navidad nueva,
a un ”mes y a un día” de mucho recogimiento.
Meditación e inventario
espiritual.
¡La Natividad del Señor!
Navidad que significa el
nacimiento del Amor.
Adhesión a un principio de
ver, sentir.
Dar y recibir
en este mundo de esos
valores mostrados,
en la entrega de Jesús por ese mismo amor.
Es la “Fiesta del Espíritu
y del Alma”.
Y no el pretexto de La
Navidad para hacer derroches,
despilfarros, embutirnos
de compras, consumismo desbocado,
y llenarnos la boca que vamos a celebrar
el nacimiento del Señor.
¡Falso de toda falsedad!
Porque a él siempre lo
dejamos afuera.
Le cerramos la puerta y él
en la calle,
oyendo sólo el ruido de la
comilona,
y de la embriaguez
de los sentidos mundanos
en la inmersión del alcohol
y de las luces y DE LOS colores
y de las compras,
fuera de nuestra FE,
y tradición.
Esta Navidad, digamos ¡NO!
Pongámonos en Oración
para que bendiga nuestros
hogares.
Por la Paz , Salud y
Trabajo,
y sobre todo por la Paz
del Mundo,
¡Que se terminen las
guerras!
Y reine ese Mandamiento
que nos trajo
Jesús. ¡El Mandamiento del
Amor!
Natividad: NACIMIENTO.
Nacimiento del NIÑO DIOS o NIÑO JESÚS. ¡QUE ES DIOS!
Y, yo, esperaba, el 25 de
diciembre. Y no me dormía. Una vez llegué hasta a las 12:01 p.m. Cabeceando, doblándome,... pero yo, quería
ver al NIÑO DIOS, y que contestara MI CARTA.
Que mágico momento. Y qué de
creencia y de tradición.
“ El soplo del viento, me
entumecía, pero yo no me daba a torcer. Pero. les digo, que nunca lo vi, ni nunca supe quien puso los
juguetes. ¡Pero, siempre quise a Jesús!”
¡TE QUIERO JESÚS!
POR ESO.
NO CREO EN LAS FANTÁSTICA ILUSIONES DE LA COMPRAS.
YO, CREO SOLO EN LA FE “DEL NIÑO DIOS”.
Y, comíamos una pieza de gallina, arroz, el relleno
delicioso. Pero, antes, la bendición de los alimentos. ¡ESO, ERA ESPLÉNDIDO!
Y seguía revoloteando el viento...
Edicamen
No hay comentarios:
Publicar un comentario