viernes, 22 de febrero de 2013

UN ÁRBOL GENEALÓGICO INSPIRADOR DE LIBERTAD


UN ÁRBOL GENEALÓGICO INSPIRADOR
DE LIBERTAD

            Hoy, sábado 12 de enero de 2013, como a eso de las 10 y seis minutos de la mañana, recibí una peculiar llamada con el tono de Minueto por mi celular personal... era “Chico” Jarquín Ramírez (Camilo), anunciándose que vendría para cumplir con la entrevista que yo le pedí -en casa del Cmdte. David Blanco, cuando asistí a una fraterna reunión, que él  mismo había organizado, el sábado 5 de la semana recién pasada, de antiguos miembros de las "Fuerza Morales del Sandinismo Histórico"-, y que esta entrevista, le dije, me permitiría continuar escribiendo mis CUADERNOS “EDICAMEN”, con personajes propios, autóctonos y de este mí querido, ¡León, Jodido!

            ¡Mirá, hombré! Le dije, al recibirlo, entre el saludo habitual y el abrazo entrañable y afectuoso de un encuentro amistoso. Yo, estoy interesado. en recopilar y dar a conocer, una serie de hechos acontecidos en León y en los que se han visto involucrados muchos leoneses en la historia, tanto de la ciudad, como de otros lugares de nuestra geografía nacional. Y, esto lo hago, porque, al venir relacionando datos, entre conversatorios, bibliografía, entrevistas personales y mis propias vivencias, las he abordado y “pegado”, para completar estos breves escritos o cuadernos míos. Pero este que estoy confeccionando, en particular, es sobre tu persona.

            Y, así a partir de aquel día, empecé a emborronar cuartillas...

            Y encontré una cita que me gustó. Ciceron, dijo que la Historia: “...es luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida...”, y añadió que: “es el heraldo...” de lo pasado.

            En mis cuadernos, trato de apegarme a la objetividad en la narración de los hechos, sin hipérboles, para no crear una “amplificación” o “maximizar” los acontecimientos o de los mismos personajes, aunque vaya sacando “colochos” imaginativos o figuras que van adornando con pin celadas cariñosas mis escritos.

            Pero, veamos. Conozcamos un poco de la historia de la familia de “Chico” Jarquín Ramírez:

            De la rama genealógica de doña Adelaida Gómez Aldubín, encontramos que ella era hermana del General Adán Gómez Aldubín, integrante del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN). Y según testimonio histórico del escritor José Nicolás Román Orozco, quien entrevistara personalmente al General Augusto C. Sandino, en una convivencia única en la montaña, desde el 17 de febrero al 16 de marzo del 33, durante un mes asombrosamente histórico. Y de la propia voz del Héroe de las Segovias, transcribimos lo siguiente:

            “General Adán Gómez. Nació en la ciudad de León. Tiene muchos de vivir en la Costa Atlántica donde tiene una propiedad de ganadería, ahora arrasada...”, “Pero óigame Román, en su vida ha visto usted un hombre de tal temeridad. Ahí sí, que se murió el miedo. A ese hombre, aún el miedo le tiene miedo.”

            También nos encontramos con el siguiente dato:

            Doña Adelaida, fue prima hermana en 2º grado del Coronel Santos López Gómez, y veamos que nos dice Wikipedia, La Enciclopedia Libre:

            Santos López (1914 - 1965), fue un revolucionario nicaragüense, que ostenta el reconocimiento póstumo de Héroe Nacional de Nicaragua.

            Santos López fue un combatiente del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Augusto C. Sandino, inicialmente como miembro del grupo llamado, por su juventud, Coro de Ángeles hasta llegar a alcanzar el grado de Coronel.

            Junto con Carlos Fonseca, Silvio Mayorga, Tomás Borge, entre otros, participó en la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Fue declarado Héroe Nacional de Nicaragua el 29 de febrero de 1984 por la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.”

            Pues bien, siguiendo los eslabones de esta concatenación, tenemos que doña Adelaida Gómez Aldubín, es la abuela de “Chico” Jarquín, la que fue casada, con Alberto Jarquín Artola (su abuelo); por eso es que encontramos en él, ese ímpetu, ardor y terquedad en la lucha permanente, de toda una vida.

            Y, sigamos la huella...

            Don Alberto, era hermano de Tranquilino Jarquín Artola,(me asegura “Chico” Jarquín Ramírez, y que éste último es  su tío abuelo), y es el  fiel y famoso cocinero y a la vez músico, del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN), glorioso ejercito, bautizado como “Pequeño Ejército Loco de voluntad, de sacrificio”, por la poeta chilena, Lucila Godoy Alcayaga (1889-1957), popularmente conocida como Gabriela Mistral, la que a su vez, fue declarada: “Benemérita del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua”.

            Don Tranquilino es parte de esas raíces históricas, de una familia y de un pueblo heroico, que han luchado por el Derecho, la Justicia y por la Libertad. Este personaje (aunque aparece como segoviano en el libro de José Román), se asegura que es el hermano de Alberto Jarquín Artola; y adema por el hecho familiar, que después de la muerte del General Sandino, residió en El Salvador (manteniendo la comunicación con su hermano, aquí en León, subraya “Chico”). Y, además, nos vamos a encontrar con un eslabón interesante. Pues, bien, este personaje, aparece en diferentes capítulos del libro del escritor y periodista, José Napoleón Román Orozco (1906-1983), titulado Maldito País, y en el que, en algunas de sus partes, nos dice: “Anoche dormí en un cuarto contiguo al de Tranquilino)...”.  Y en otra parte, nos habla de que Tranquilino, les había preparado una buena cena, compuesta de: “...sopas de vegetales, carne al asador, plátano verde asado a las brasas, cuajada ahumada y café negro.” Era hombre de confianza del General Augusto C. Sandino.

             Y fue el abuelo de “Chico”..., don Alberto, quien en definitiva, crió desde la infancia a Francisco José Jarquín Ramírez, el mismo que a los 17 años lo vemos aparecer en la Loma de los Idiáquez, territorio hondureño, a 3 Km. de El Chaparral en el año de 1959.

            Y, llegamos a Camilo, Francisco José Jarquín Ramírez, al que en los años postreros... después del 78, yo le llamaría “Camilo Septiembre”:

            Francisco José Jarquín Ramírez, nació en Sutiava, en esta ciudad de León, un 19 de julio de 1942, exactamente, de la actual Texaco Guido, 1 c. al Este, ½ c. Norte. Y sus padres, fueron: Lázaro Ramírez González (1909-1944) y Petrona Jarquín Gómez (1926-1994), autóctonos de Sutiava.

            Don Alberto (su abuelo), fue el verdadero padre de crianza de “Chico”, que además de recibir el afecto, le fue transmitiendo el apego a las labores del campo, de donde era Mandador, en la finca San Antonio, propiedad de Antonio Hernández Pavón, hermano del famoso sastre Dn. José Hernández Pavón.
            Esta finca estaba ubicada en la comarca El Chagüe, del Barrio de Guadalupe, hacia el Sur.  Comarca que dio vida al legendario periodista Wilfredo López Valladares, y a Alejandrita Rojas (compositora inédita) y compañera de “Lleva Fuego”, Salvador Hernández Salazar, El Capotero, poeta y compositor de la Revista Cultural, ¡Quienes Somos!

            Ya en esta heredad, “Chico”, respira el aroma a las flores silvestres; fija su atención en observar esos “vuelos alados, febriles, de cuerpecillos marrones”, y se curte con el sol perforante de estas intimidades o lares; y  a sentir el olor a potreros, corrales y a huertas aradas. A sentir la vida a través de los plantíos, a semilla y siembras, y en el berrear del ganado: vacas y terneros; entre el “bramido” y el “mugido”... Palpita su infancia, junto a la Madre Natura.

            De ahí, va naciendo una sensibilidad y pasión especial en él, porque en su convivencia diaria, levántase un joven en la armonía de la comprensión y el amor, a todo lo que en su entorno, está en movimiento y cambio, produciéndose el milagro de la existencia, “una cosa se produce en otro”,  el milagro de la vida, que nace, crece y muere y vuelve el ciclo, mayormente florecido, en la floración de la vida constante.

            En esa finca se fue adiestrando bajo la orientación de su abuelo y en la forja del duro y diario trabajo, adquiriendo así, disciplina y una conducta de hombre, y lo vemos justamente como: “Enrejador”, “Bueyero”, “Rondador”, “Campisto”... y al  muchacho, que por una semana... se internaba en los Sitios...

            Me parece, que por eso sobresalió en las “rutas” como baqueano, en aquellos años, febriles, años juveniles tras el dorado sueño... y siguiendo “la ansiada huella...”.

            Su adiestramiento, a los 10 años más o menos, fue la de “internarse precisamente en esos Sitios”, especie de montaña que había por el sector de Salinas Grandes (y en otros lugares: yo conocí el sitio de “El ministro”, hoy el reparto 1º de Mayo, hacia adentro, buscando El Tololar). Y “Chico” se internaba, en el sitio de Salinas Grandes, con una 1 lb. de sal, 1 rifle 22, municiones, 1 machete, 1 cuchillo, 1 mula con sus aparejos y 1 “piolera” cuerda de puro “cuero crudo” de buey─, para hacer “El Rodeo”, defenderse del tigre, y esperar a que las vacas con sus terneros recién nacidos llegaran a “Sestear”, bajo un “Mata Palo”, y así, agarrarlos para ser conducidos a la finca en mención.

            Hay en estas vivencias una emoción y vibración, como atesorada, oculta, y visible a la vez. Y, hay en su familia, una mística por el trabajo, la lucha, la justicia y la libertad.

            Las primeras letras, Francisco José, las recibió de la maestra, Angelita García, que atendía tres grupos de alumnos: para 1ro. 2do. y 3er. grado. En esta Escuela Rural, que era parte de la comunidad de los padres de familia. Francisco José, cursó los tres respectivos grados...  Y...  con el paso del tiempo, tal vez allá por los años... entre 1951 y 1957, además de conocer el duro trabajo como medio de sustento, conoce... a Hernán Arguello.

Para ese entonces, Francisco José, era un muchacho de unos 15 años. Y comenzaba así, a conocer a luchadores antisomocista. Y empezaba... a dar los primeros pasos en su colaboración por una causa, que duraría por siempre...

            Don Alberto, un día de tantos... 1957, recibió a un joven con un papelito que traía de Tranquilino, su hermano, quien hacía tal vez unos 27 años, que tenía de residir en la hermana república de El Salvador, después de la matanzas de sandinistas en la Heroica Segovias en 1934 por parte del criminal, Jefe Director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, el mismo que asesinara al General Augusto César Sandino, verdadero héroe, al que el escritor y periodista francés, Henri Barbusse (1873-1935), le rindiera Homenaje en nombre del proletariado y de los intelectuales revolucionarios de Francia, como General de las Hombres Libres.

            El joven que había llegado a la finca, donde era "mandador" don Alberto, se llamaba Noel Guerrero Santiago.

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