UNA VOZ EN DEFENSA DE LA DIGNIDAD HUMANA
DESDE SUS RAÍCES ANCESTRALES
“Arrancaron nuestros frutos,
cortaron nuestras ramas, quemaron
nuestro tronco,
pero no pudieron matar nuestras raíces”.
(Chilam Balam)
INTRODUCCIÓN
Estas líneas escritas, son para mí,
una honra decirlas, porque, la noche de hoy ¡Honramos con humildad y
admiración, la extraordinaria ¡Sabiduría Maya! y su Presencia Real en estos tiempos, recogidas en la obra, “De vuelta a mis raíces”, cuyo autor es miembro
directo de este pueblo creador de la Cosmovisión Maya, cuya historia se remonta
a los 5.128 años, según Calendario Maya y ratificado por eminencias
científicas, en la actualidad.
Y de este descendiente, y me estoy
refiriendo a Chichimuch de Santa Lucía de Utatlán, Guatemala, Félix
Lorenzo Velásquez Saquic, Doctor en Educación, perseverante luchador por
el Reconocimiento de la “Pastoral
Indígena” de Guatemala, e importante participante en el Diálogo de
Reconciliación Nacional, en el conflicto armado de este país
centroamericano, como delegado de la Conferencia de Religiosos de Guatemala; es
un luchador... Un Luchador por las Causas Imposibles.
Chichimuch Utatlán, es
un hombre, que toda su vida ha trabajado, luchado y sufrido, por continuar con
un legado sagrado y con una obligación histórica, no sólo en el aspecto de la
divulgación y la “toma de conciencia” de un proyecto propuesto, no
solo nada más para su
país, sino para toda la humanidad, presentado éste, por un descendiente de tan
esplendorosa cultura.
Enarbolo, pues, los cuatro pedestales en la que se
erigió este propósito:
1) Este libro nace de una realidad ancestral y una situación de crisis que
agobia al globo terráqueo. Y que, desde hace tiempo, somos parte de esa misma
crisis.
2) Es el Popul Wuj, hablando desde sus raíces, “...no
nos borren de la memoria ni nos olviden."
Porque, ya antes ellos,
habían escrito:
“Nosotros nos vamos, nosotros regresamos..”
3) Hasta la fecha actual (2013), los pueblo indígenas, han mantenido
su lucha constante por su identidad y reivindicaciones. Obteniendo en 1989
el Reconocimiento de la Conferencia General de la
Organización Internacional del Trabajo, Ginebra, en Convenio 169,
que: “reconoce el derecho colectivo de los pueblos indígenas y tribales, a
ejercer su derecho propio”.
Este
convenio fue ratificado
por la mayoría de Estados de América Latina (1990) y ratificado por Guatemala
en 1996 e incorporado a su constitución política.
4) Es la regla, adoptada y asumida con vocación fiel. Y para los pueblos
del mundo, es como un alto y una guía: “Con mente abierta y sanamente
crítica, estudian los Hermanos, las religiones, las ideologías, acervo cultural
de los lugares donde se hallan establecidos. De esta manera, se capacitan para
integrar los valores positivos que contienen y para
contribuir mejor a la educación del pueblo que los rodea”.
Este libro, propone: ¡A
los que se han alejado de sus raíces, regresar a ellas! Y, a toda la humanidad,
nos invita, a sumergirnos en la Cosmovisión Maya interactuando
con otras cosmovisiones de todo el planeta y salvar nuestra Madre
Tierra, que está en inminente peligro por manos del mismo hombre, que arranca
pedazo a pedazo cada raíz de su existencia.
***
Después de esta
breve introducción, quiero decirles señoras y señores, ¡cómo es que nació esta
oportunidad y honor de decir mis palabras esta noche!:
Resulta, que a las a la 10:45 de la mañana del lunes 28 de enero, y a
punto de finalizar la primer página del calendario de 2013, sostuve una
conversación amena con el entusiasta promotor artístico-cultural, poeta José
Mercedes Ruiz, sobre la obra “De vuelta a mis raíces”, libro que pulsa
el latido del corazón Maya, y como gente de maíz, va depositando su grano, el
Hermano Chichimuch Utatlán, como un regalo para
las actuales y nuevas generaciones, y para empaparnos de un “bañado en
equilibrio y sabiduría” ─nos dice el libro─ como legado milenario y sagrado, y beber
ese sorbo urgente y necesario de la “Cosmovisión
Maya”, su propio pueblo, del cual nos invita para la toma de conciencia y
del cambio, con el propósito de ¡Salvar la Humanidad y a la Madre Tierra!
El poeta Mercedes, me
entregó el libro y empecé a hojearlo... Y me voy dando cuenta, que siento
vibrar mi corazón, porque las raíces de este libro, es un Grito que afirma que su pueblo, el Pueblo
Maya, sigue luchando... ¡Y ha sobrevivido y sigue dando aportes a la cultura
universal!, pero el mejor de los logros: “... ha sido su
propia supervivencia”. Y, sigue subrayando, la Investigadora
María del Carmen Valverde de la Universidad Nacional Autónoma de México, que al
respecto dice: “Se trata de una cultura viva que ha
sabido apostar al cambio para perdurar, y sus conocimientos siguen vigentes en
algunos grupos mayas”.
Y empecé a beber mis primeros sorbos, y a sorbo, me he
venido sumergiendo en este manantial: ...
Esta
noche... yo voy a referirme a una parte sensible y particular de este libro. Y
me refiero, a esa ternura y firmeza, algo muy especial en el autor, las que en
sus páginas, nos va desgranando, uno a uno, sus granos de maíz, rociados de Amor, Fe y Valentía, y abriendo con sinceridad desde sus insondables
interioridades, recuerdos y dolores.
Aquellas memorias,
dolencias... Dolor expresado desde la profundidad de su alma. Pero también,
desde la hondura del corazón, ¡Su Alegría!
Y hay
algo que podría sacudir a cualquier sensibilidad humana, y es lo mismo que me
golpeó a mí, desde un principio: La cruel miseria humana entre la
discriminación y el racismo... y en
plena “civilización”. Fue lo mismo que a Chichimuch, estremeció su
corazón de niño, de muchacho, y de todo su ser, al oír que su maestro, imponía
en el espíritu del alumnado, un veredicto denigrante: “los indígenas han nacido para el azadón y para la carga, el estudio no
es para ellos por su poca capacidad intelectual”.
El futuro luchador, por las raíces
indígenas del esplendoroso pueblo Maya, inicia sus pasos... y son éstos, en
su paso por esta vida, ▬como él mismo lo dice▬ los
que ha venido dando. Y al escribir estas líneas, me viene a la memoria
reciente, un pensamiento del Dr. y Poeta Juan Centeno, que dice: “Una vida es tan poco tiempo, para nuestra
inmensa capacidad de amar”. Y la relaciono con lo que he venido leyendo. Porque, la
inmensa capacidad de amar del Hermano Chichimuch,
va desde su raíces hasta estos tiempos, de esta agrietada civilización.
Esta
capacidad de amar me emociona y digo: ¡Qué Inmenso Es Su
Amor! Y que disposición tan noble tiene de seguir
por el camino de la libertad, y entregarse por entero a los seres más
desvalidos.
Y
desde el anhelo esperanzador, saltan estos versos: “...de mis
angustias... de las penas, /hilvano “cogollitos” tiernos, /que se recogen entre
la brizna /de mis ensueños eternos. / y se prenden como broche en mi pecho...
Frente al Sol, que alimenta con su energía, /mi voluntad, para pelear con Fe y
decisión, por la alegría y sentirla palpitando, / ¡Es de mi vida, y de mi ser,
la razón!”
Y del Hermano Chichimuch, leo, que desde sus
dolores y vicisitudes, y desde su libro, "De vuelta a mis
raíces": se alza un alma, un espíritu batallador que en libertad,
rescata y libera con sinceridad de sus interiores, todos sus sufrimientos para
convertirlos en muros infranqueables ─con su confianza, certeza y esperanza─,
ante lo abrupto de la campaña denigrante, y que él con su temple y fe, supo
convertirlas en honores, medallas, y como él mismo dice, “... en reconocimientos y menciones honoríficas en mi paso por esta vida.” ¡Pero, qué momentos, más duros ha pasado!
Secuestrado, torturado, expulsado, pero firme en sus convicciones.
También hay “luces”. Y cito este pensamiento de Jean Vanier, que aparece en el mismo
libro y dice, que lo más importante: “... es saber reconocer nuestras
motivaciones profundas... para ser plenamente nosotros mismos y felices por
nuestros hechos.”
Y me voy a detener en estas luces, que me gustan:
·
Agradece
el autor, a Ajaw, el haber formado parte de la sagrada
Humanidad, con raíces Maya K’iche’.
· ·
Por ser sencillamente hermano
- Por la dicha y oportunidad de ser el fundador y primer Director del Complejo Educativo “Fe y Alegría” en Guatemala de 1983 a 1987, cuyo fin responde a la “opción preferencial por los pobres”, y que actualmente cuenta con 2.000 jóvenes aprendiendo para enfrentar la vida.
- Por haber recibido el premio Antonio Montesinos al Gesto Profético en Defensa de la Dignidad Humana en América Latina (1998).
- “El Mejor Defensor de las Causas Imposibles”, otorgado por el Centro Internacional Lasaliano, Roma, Italia. 2000.
- Opción de por vida al ministerio de la educación.
- Ser artífice en estos tiempos de una causa bien definida desde 1974: “La Dignidad de mi Pueblo Maya”.
- Y, por haber escrito este libro... y una decena más. Y... por ser hermano del alma... hermano guatemalteco, hermano Maya... Hermano de la Salle. Hermano centroamericano... Hermano nicaragüense... Hermano leonés.Después de adentrarme en la lectura de esta obra, sentí vivirla en mí. En misaspiraciones de siempre. Y empecé a buscar libros, folletos y a navegar por elCíber Espacio, para deshojar, una a una, las páginas Web:*Ajaw es el creador de todo, según la cosmovisión maya. Es el dueño, el
universo mismo y la vida, es preexistente a todo lo creado y en quien se unen
los principios masculino/femenino (García, Curruchiche & Taquirá; Palma,
2006). Y de la Enciclopedia Wikipedia, La Enciclopedia libre y la página
Wiki Guatemala, conocida como, Wikiguate, leemos lo siguiente:“La Cosmovisión Maya se refiere a la visión del mundo del pueblo maya."Toda la naturaleza se encuentra integrada, ordenada e interrelacionada”. Y,"todos aquellos elementos que existen en la naturaleza, es decir, todo lo quehay en el universo es animado o tiene vida. Cada ser se complementa ycompleta a los demás" (García, Curruchiche & Taquirá, 2009, p. 55).De acuerdo con Verdugo (2009, p. 855), el pueblo maya es el pueblo indígenamás numeroso en Guatemala, representa al 39,3% de la población total.”Y sobre esto, de acuerdo con Ferrater (1965), “la cosmovisión es unaconcepción del mundo que penetra la vida espiritual del hombre y sirve comomarco orientativo de la acción práctica de los individuos (p. 244). Y nos siguediciendo: “En este sentido, la cosmovisión ayuda a los individuos a percibir eluniverso como ordenado e incluye teorías cosmogónicas que revelan el origendel mundo natural y de la especie humana; contiene ideas sobre las fuerzas quesostienen el universo material, la vida individual y colectiva. Hay cosmovisionesque representan estas fuerzas como leyes naturales y filosóficas, y hay otrasque las consideran dioses, espíritus u otras entidades, los cuales semanifiestan en símbolos y tienen nombres propios según la sociedad enparticular (Rupflin, 1999).Y, al identificar mis simpatías por esta obra. Recordé las conferencias ydiscusiones de altura sostenidas por el indigenista de Sutiava, Enrique de laConcepción Fonseca González; las lecciones en el Año General de la Unan de1976, sobre “Mesoamérica”. Las pláticas de Adolfo Isaac Sánchez Salgado,acucioso investigador de Sutiava, las polémicas y discusiones con el genialFernando J. Núñez, y la instrucción de mi padre el poeta Edmundo IcazaMunguía, sobre estos temas.Y volví a tocar el libro de José Reyes Monterrey, “Apuntamientos BásicosPara El Estudio De La Historia General De Nicaragua”. Y busqué capítulos,donde encontré temas subrayados sobre la invasión, conquista ycolonización... no fue nada fácil. Diezmaron a las poblaciones indígenas... Nofue nada pacífico. ¡La violencia, en primer lugar, sobre todas las cosas!Practicaron la cacería de aborígenes, desaparecieron pueblo enteros y hastamontaron Circos de Perros (el de Pedrarias Dávila), para descuartizar aindígenas y Caciques rebeldes, que resistían la conquista y colonizaciónespañola.En Guatemala, a la llegada de los españoles, se habían producido ya,tres milenios de historia.Y según Carlos Barrios, autor de El Libro del Destino, nos dice que,“La Historia nos revela que el Pueblo Maya ha sido objeto de genocidio yetnocidio...”, “...imposición de la cultura extranjera: se impuso el idiomaespañol, otra espiritualidad, otra vestimenta, otras costumbres...”Y fueron despojados y separadas de la Madre Tierra, nos dice elHermano Chichimuch Utatlán, “nuestras Abuelas y Abuelos fueron pisoteadosen su dignidad humana”Pero, igual que el fuego, que los Mayas lo cubrían con cenizas paraprotegerlo, se comprueba, que no renunciaron a sus raíces, que estuvosiempre latente ese calor, esa llama, que en los tiempos actuales ha brotado,con fuerza de sagrado fuego milenario, en la Cosmovisión Maya: para sabervivir y saberla vivir.Todos los pueblos tienen su propia cosmovisión. Y todos han dado suaporte. Ahora, en cuanto al pueblo Maya en particular, durante sus 5128 añosde existencia, ha dado extraordinarios aportes a la humanidad. Y cito elsiguiente texto, que aparece en el libro, y es el de la Coordinadora del Centrode Estudios Maya del Instituto de Investigación Filológicas de UNAM deMéxico, que dice, que entre los avances científicos está: un sistema complejocalendárico, así como la numeración vigesimal con el cero y el valor posicionalde los signos. La escritura maya, de valor fonético y logosilábica, funcionó enuna vasta región. Es un sistema que está a nivel de las grandes civilizaciones delmundo.Concluyendo, veamos, que nos dice la Enciclopedia Libre (Wikipedia),con relación a la astronomía. Los mayas: “Hicieron observacionesastronómicas extremadamente precisas. Sus diagramas de los movimientos dela Luna y los planetas son iguales o superiores a los de cualquier otracivilización coetánea...”, “...los mayas descubrieron una medida precisa de laduración del año solar, mucho más exacta que la usada en Europa en laépoca...”.Y es desde esa historia, y es, desde esos tiempos, que se alza hoy, la Vozdel Hermano Chichimuch Utatlán, “Porque... ¿Hay un Alma, qué escuche?”¿Todavía queda aliento?***Porque, ¡Todos estamos en peligro!Y alzo también mi voz y digo:Que“... en esta crisis mundial de valores,nos obligan a conjugar el verbo Peligro.Y en la mira, la destrucción de la vida.¿Quién escucha estas voces?¡Nadie! ¿Hay algún alma?Porque...el mundo irracional del hombrequiere acabar con el mundo animal, que es racional;con el mundo vegetal, que es más perceptivo;y con el mundo materialque es más sensible...Porque... ¡Hay vida en cada cosa! Todo es movimientoy cambio.¿Y nosotros?Porque...Somos una partículade esas raíces,de las que nos nutrimos y nutrimosen una evolución constante,en reciprocidad permanentey en un indeleble cambioperdurable, perpetuo, renovadoEn... y con el aireEn... y con el agua y... con la tierra,en un equilibrio nativoque hoy peligraque de originariola armonía se alarmaporque se altera el todoen montañas reducidasmontes tropicales oprimidos,contaminacióndestrucción¡pueblos sometidos!Clima envenenado.Ríos, lagos y mares, ahogados en heces y tóxicos.¿Quién atiende?Hay un grito en el planeta por el aire,el agua, el suelo, de ellos respiramos, vivimosy nos nutrimos para reafirmarnosen nuestra propia multiplicación.¿Hay algún oído receptivo?¡Salvemos La Tierra!Salvemos a los pueblos originarios¡Salvemos la Humanidad!Es el grito de Chichimuch Utatlán¡Es el grito de los descendientes Mayas!¡Es el grito de los hombres y mujeres de buena voluntad!¡Sí, hay almas, multiplicándose en Esperanzas!Y de esas voces “que vienen de los primeros tiempos, hablan a los tiempos que vienen. Brotan de la memoria de los Mayas, pero dicen para que las escuche el mundo... y nos invitan a recrear el hilo roto de la vida, a sanar la violada dignidad de la Naturaleza y a recuperar nuestra perdida plenitud”, reflexiona profundamente Eduardo Galeano.Hermano, Chichimuch, aquí se suman ¡MUCHAS VOCES!Edmundo Icaza Mendoza.8:10 p.m. del 25 de febrero de 2013.Colonia 4 de Mayo Casa No. 20.León, Nicaragua. Edicamen.
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