lunes, 23 de febrero de 2015

¡QUÉ SI YO CONOCÍ A NATALIA!



¡QUÉ SI YO CONOCÍ A NATALIA!

         ¡El que no la conoció, ni es leonés
         ni es revolucionario!

***

Una vez, con Sócrates Flores Vivas,
Panchito el mecánico,
y yo de “cumiche”,
pusimos una bandera del FLN
en la esquina de la Botica Juan de Dios Pineda.
lo que es hoy el “Santos Bárcenas”.

Y Sócrates fue donde “La Tía”:
Natalia Ramos Ríos,
no sé a qué.
A lo mejor ella era la que confeccionaba
o conseguía las telas  de color “roja y negra”,
que ya en León, daba, una especie de “culillo”.

Era en el barrio El Laborío
de León, en el tiempo que todavía existía la Piñuela.
Y Fíjense que no llevaba la “S” en las siglas.

Y con la Natalia, hicimos contacto con “Payito”:
Rafael Lacayo Zamora, al hermano que lo maqueó
el torturador y criminal del “Coto” Tórrez en Managua,
y que casi lo verguea “Payito”, y que tiempos después
se repetiría esta rebeldía en Selim Shible,
¡Eran bravos  de verdad!

Y recorrieron la casa de Natalia:
con confianza
con seguridad. ¡Temple de mujer!
¡Aquel!
José Benito Escobar
y Enrique Lorente Ruiz
Alberto Tinoco
Luisa Amanda Espinoza
y Danilo Rosales Arguello
con Mercedes Tinoco (La Negra)
Se suman a esa pléyade
de hombres y mujeres
María Haydee Terán (Comadre de José Benito)
Y Natalia María, en su sencillez bella, ella daba
el alimento
y su albergue sacrosanto
sin ese pedir, gesto incómodo,
que algunos practican,
pero ELLA
de corazón bondadoso y valiente,
a toda prueba daba, sin esperar nada.

Y siguieron pasando:

Jorge Sinforoso Bravo
Francisco Moreno Avilez
Julio Moradel
Aurora Rosales (casa de seguridad de Enrique)
El glorioso Jacinto Baca Jerez
Regis Mairena
Fernando Arriaza López (Chilillo)
René Maradiaga Paniagua (REMAR),
y, todos ondeando la bandera de Espíritus Bellos!
Y ella, perfumada de bondades en su perseverancia.
en la que la PALABRA DICHA
era palabrada DADA.
Honor, entrega, sacrificio.
Mística sencilla y luminosa de Natalia:

Y, que acompañaste a:

Oscar Salgado
Richard García Navas
Agustín Rodríguez Moya
Isabel Reynaldo Puerto Laínez
(el acompañante de Jacinto,
aquel 9 de noviembre del 69).
Y, a René Carrión, nuestro entrañable
hermano, “el que no habló”, hasta
que le exprimieron su vida.

Del 59 se cuenta, qué se te vio erguida,
en la marcha del 23 de julio,
en la que resultaste herida
en tus dos piernas… Y no desististe,
y seguiste en el trayecto.
El recorrido ha sido largo, Natalia,
y cumpliste fielmente tus compromisos
y que me dijiste: “Amores son obras, no razones”,
más o menos así. Y en realidad,
tus bondades y demás virtudes,
enalteciste el HONOR de CARRIÓN
y de todos
y de todas
cuando de tu casa se preparaban para salir
al Cerro Santa Clara o al San  Jacinto,
y me dice Agustín Rodríguez,
que a veces iban al San Cristóbal
y que la trepada era costosa,
trepaban y no avanzaban,
¡Ah, tiempo, cuando el boscaje era hermoso!
Casi era inaccesible.

***
Y trasegaste “La Chispa” de Jacinto,
cuando florecieron ¡Los Jacintos!
Y “pateaste” caminos, trochas y veredas
para llevar de la mano
y meter y sacar compañeros
de territorio hondureño, a nuestro sagrado bastión.
Y la guía, la “Baqueana”, aquella viejita linda,
“La Abuela”, la Legendaria, Eloísa Altamirano,
hábil y experta, en caminos  y atajos.

***
Natalia, no te pude decir ¡Presente!, en el momento.
requerido…
¡Pero Estarás en mi Corazón por Siempre!

¡NATALIA!
TU HERMANO TE DICE ¡¡¡PRESENTE!!!


10:39 a.m. sábado 21 Feb. 2015
Edicamen
Col. 4 de Mayo. Zaragoza.


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