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domingo, 30 de diciembre de 2012


¡AH, QUE MUNDO!

Trinos en esta especie de montaña,
así fue su mundo ¡Una Montaña de Trinos!

   ¿A
h, pero qué mundo maravilloso es éste? ¡Es el mundo en el que vive el panida Edmundo Icaza Munguía, y en el que se baten las palmas todo el día en saludo permanente a la vida! Es el mundo maravilloso del follaje verde y de la frondosidad exquisita. Ramajes que se abren en inmensos abanicos, emergiendo de árboles vetustos y gruesos, señoriales y grandes; rítmicos y cadenciosos.
Los hay también de los más jóvenes y ágiles. Delgados y risueños, que: ¡Saludando florecidos en la alegría de la vida!, van desparramándose libres en la planicie y en la hondonada, sobrecogiéndose al abrigo de los pájaros cuando éstos, al decir sus tonadas, saltando van, del más robusto y venerable de los árboles, a los más jovenzuelos y vivarachos de los arbustos y, que jugando a las escondidas, se escurren entre la maleza que los quiere atrapar, abriéndose así, al instante, un pentagrama de musical arboleda, en un panorama de indescriptibles movimientos, que solamente es percibido por el alma, en bellas pinceladas de colores, en esta especie de Finca-Solariega donde vive el Aeda en libertad de ideas, abiertas, gentiles y en remanso acogedor de espíritu.
Casa Hacienda enclavada en este paraíso, que de su arboleda, créase tal frescura, que todo lo cubre y que todo lo abriga, acrecentando así la profusión de sombra, y ventilando en sus cuatros costados, un corredor amplio y espacioso, que al ser abanicado por un aire delicado, suave y acariciador, mece la sonrisa venerable, de uno a uno, los ensueños complacientes del anciano bello, que escurre con delicia y amenidad, ¡una tierna melodía señorial!

   Que gusto da el temperar en estos grandes galerones estirados que con sus tragaluces gigantes, son delicadamente cobijados, por delantales bordados de ribetes y paletones ondulados, ─color a barro quemado─, que van inclinándose ante el áurea esplendorosa del poeta soñador. Y de ello, llámame la atención, los numerosos aleros aéreos, que sostenidos por recios horcones de entretejidas alfajillas, son picoteados a ritmo de gorjeos por las palomas de Castilla, al arrullar, a sus tiernos pichones en una amalgama de colores y vida.
¡Ah, pero que gusto tan especial es el recorrer este paraje y extasiarse en la diversidad de colores alados, de trinos y balanceos graciosos; de un verde tierno y tierno verde que alza su espíritu en la copa dorada de un brazo de sol, para saludar el soplo de vida; vida plena y llena, formidable fortaleza para el espíritu!
Y en un alto que hago, me detengo a desentrañar signos misteriosos de las raíces gruesas del Papaturro que me parece que me hablara. ─ ¿Ves esta mi parte resaltada y confeccionada de tal manera? ─Estos son asientos que los he reservado para el descanso placentero, y para que saborees de la dulce fruta, los gajos de chirriones perlados, que desgajándose llegan hasta tus manos, para que disfrutes de vida plena. Y es que en la época del manjar miel, ─azucarado regalo de la Madre Natura─, es para el Poeta, en su propio Edén tropical, motivo, para embeberse del arpa melodiosa que los alados le regalan, en ¡Concierto maravilloso de Trinos!
Todo es un mundo de vuelos, de verde y de sonidos; y de diminutas vidas que recorriendo tierra firme y escalando troncos, dedícanse a la laboriosa faena de transportar su alimento en un ir y venir, en su tan inmenso hábitat. Y todo florece. La vida de todos colores y formas, se acrecienta. Y La veo radiante en los florecidos Laureles y Cedros, en los adelantados Madroños, y, en el antiguo Tempisque, que advierte, que a pasos ligeros van moviéndose las ristras de Tigüilotes, que como vigías de sienes plateadas, también resguardan el sueño del poeta cantor. Y, que decir, del Talchocote y del viejo Ceibón, cada uno de ellos, con su delicioso frescor, se complacen en los sensibles momentos de inspiración poética del venerable y encantador anciano.

   ¡Oh, paraje seductor de vertientes que fluyen de la nada, y de ese fluir vital que brota de la tierra a cada paso, ruta poética para la imaginación fecunda, y en donde se levantan Himnos serenos y tranquilos; melodías y romances, bellas estrofas de cantos de afecto, letras y coros de vida y amor, los que reposando en la fresca inspiración del poeta, van traduciéndose en esa intensa emoción, que vibra y sonríe; y que en su augusta vitalidad, abre su mente y su corazón, como encendido de luz, que pareciera que va trascendiendo en sueños vivenciales, y que al vivirlos junto a él, se ciñen y lo envuelven a uno, en multicolores haces luminosos en un mundo asombroso hecho para la poesía.
Y ahí, frente a mí, los Cocos, largos, altísimos y delgados, que se elevan a imponente altura, en el baile eterno llevado al ritmo de los vientos en su deleitable gozo. Y del Mamón, que de sus enmarañadas ramas suelta sus dulces frutos y araña a las matas de Guineos de Rosas que se abanican acompasadas, unas a otras, junto al Papalón y el Almendro, que dejan caer sus hojas grandotas y abiertas, en un vaivén del que nunca, pero nunca, quisieran llegar al suelo.
Y si se dirige la mirada hacia arriba del declive, el que se escurre en un nivel pronunciado de norte a sur, se ve el otro fornido Tempisque, que por sus raíces sueltas y enrolladas se ha ganado el alias de “El Pulpo” donde la chavalada de mañana en tarde, se reúne alegre y jubilosa para divertirse con fresca delicia, y que, con sus atronadores gritos, hacen levantar las bandadas de palomas de San Nicolás, como una gran alfombra móvil de color marrón, las que con sus movimientos febriles, se posan en la tierra, en busca del preciado grano.

¡Tal parece como si fuera una fiesta!

¡Una celebración —en agradable ambiente—, propicio para el espíritu del Panida!
Cada ave desprende su propia nota y ejecuta su propia flauta; y el viento, haciendo lo suyo, silva deliciosos sonidos que dibujados en el aire y entre la alas de los pájaros, éstos al levantarse, parecieran que saludaran con imperecedero aplauso al soñador Aeda!

 ¡Qué bello es estar rodeado de tan vivaz naturaleza que entre el respiro de los “ojos de aguas” y el bailoteo de la plantas de río, se desliza a nuestros pies la alfombra verde de Zacate de Gallina, que confundidas con las Colas de Zorro, y de la Escobilla, que prendidas en una tupida sábana de tan inmenso sitio de tierra fértil, se diseminan y ven que a saltos y brincos los Guácimo van perdiéndose en la espesura de lo verde, y que los Espinos Negros merodeando entre los Lava Platos y Huevos Chimbos, reciben el baño de las vertientes, que de a pocas cuartas, emergen por los poros enzacatados de la tierra, ─a intervalos─, como un inmenso surtidor de tan virtuoso manantial, causa del nacimiento de tal deleitable frescura.
¡Y a lo lejos! Óyese la oleada de gritos del “cabalero” que entre sus discusiones, y saltos de “mazancuepa”, llegan hasta nosotros de manera aguda y vigorosa y, en otras, se dejan oír casi apagadas, cuando éstos se bañan en las pilas cercanas, “habituales refugios-cómplices”, de las inasistencias a las aulas de clases en aquellas mañanas ruidosas.

Y, que decir, de la hermosa vertiente, que formando una espaciosa poza de agua cristalina, donde se ha levantado una inmensa pila transparente, que se ve desde su fondo, el momento en que la vertiente suspira y exhala sus burbujas, las que expandiéndose se van suavemente en ondas sucesivas, hasta acariciar delicadamente sus costados entre suspiros y suspiros, para repetirse ha tiempo en tiempo, y convertirse en la operación diaria para recoger el líquido, que se bombea al “Gigante Tanque” en donde se va almacenando, y cuando llega al tope, al ras, comienza a rebalsarse, y por los bordes de su gran bocaza,resbálase en su caída, como si en ese momento se abrieran las llaves de un pedazo de cielo o pulsaran las teclas melódicas de un instrumente invisible, agradable a mis oídos, y que al respingar el agua, que fue lanzada frenéticamente y abriéndose en grande abanico, de aquellos chorros inmensos, ésta chapotea, no sólo en su entorno, sino que la brisa va llevando su fresca caricia en hechicera delicia muy lejos de allí.

¡Ah, que paraje!

¡Ambiente único de Paraíso Terrenal!

Y que gusto da verlo escribir sus renglones de versos, sus estrofas, dándole vida a lo que sus bellas musas le hacen entrega. Versos tiernos, ávidos de volar, los que se deleitan con cada sonido, con cada movimiento, y con cada trencilla de aire que se enrolla en los pensamientos y en la meditación del poeta, para que brote desde el manantial de su arrullo: vida, música, vivencia y poesía.

Y, yo, ardiente en el ideal, te admiro y te venero poeta, en la sublime y divina existencia del amor. ¡Ah, pero qué mundo! Pequeño paraje donde se sueña, se inspira y se ama; y se complace, en el verso inspirado tuyo y mío realizado.

¡AH, QUÉ MUNDO!

Autor: Pedro Edmundo Icaza Mendoza
Las Pilas, El Laborío. EDICAMEN.
León, Nicaragua, A. C.  

SENSIBLE FALLECIMIENTO CONMOVIÓ A LA SOCIEDAD LEONESA

SENSIBLE FALLECIMIENTO
CONMOVIÓ A LA SOCIEDAD LEONESA

   Cuando se supo del fallecimiento de nuestro buen amigo don José Jirón Terán, la noche del lunes 29 de Marzo, se dejó sentir una corriente de aire, en un oleaje de reacciones disímiles y de un profundo sentimiento, que la noche misma se encargó de esparcir; y que la palabra al irse anidando en cada Corazón Leonés, nos decía compungida que el distinguido Bibliógrafo e intelectual había fallecido.

   Lágrimas se vertieron y fueron recorriendo las mejías de los amigos de don José. Y la tristeza, apretó fuertemente el llanto en otros, y en el resto, sorprendido en su voz interior, pensaron en el vuelo majestuoso hacia la inmortalidad, al legar de su ardua tarea, una obra de incansable y laboriosa persistencia en su eterna devoción: ¡Devoción verdadera al Maestro Rubén Darío!

   Desde sus años mozos, don José fue siguiendo los pasos de Rubén. Un escrito por aquí, un libro por allá; una anécdota, un pensamiento, un artículo periodístico, bellas páginas en prosas, cuentos, versos, en fin, vida y obra de Rubén Darío, seguida y registradas en su grande Biblioteca y compilada en su impresionante e inteligencia versátil, acalorada, de ímpetus y emocionantes obsesiones, de búsqueda y de defensa apasionada de “La Vida y Obra de Darío”.

   Distinguido e ilustre Bibliógrafo don José Jirón Terán, Dariano por excelencia. Por el mundo buscaste, y te contactaste con lo más granado y notable del Darianismo Internacional. Tus reconocimientos y condecoraciones en vida, se reflejaron con un sol de gloria, y en la misma victoria que alcanzaste, tus restos mortales descansarán en la tierra, pero tu alma fatigosa y tu espíritu incansable, ha buscado su lugar como sepultura: el inmenso AZUL de tu sagrado Rubén Darío, no para decir un adiós al mundo, sino para REGALARNOS una ORACIÓN DE AMOR a todos y seguir las huellas de un Rubén glorioso, en la genial victoria del panida y en la eterna bondad de DIOS.


Colonia 4 de Mayo, Barrio de Zaragoza.
11:00 p.m. 29 Marzo 2004.
Edmundo Icaza Mendoza

·   Palabras pronunciadas como Vice Alcalde del Municipio de León, en las Honras Fúnebres  y Capilla Ardiente en el Teatro Municipal “José de la Cruz Mena” del magnífico Bibliógrafo, Don José Jirón Terán, acaecida el 29 de Marzo del 2004.

sábado, 28 de enero de 2012

EN EL ANCA DE UN CABALLO BRIOSO


EN EL ANCA DE UN CABALLO BRIOSO

Era y fue... en un día de fiesta.

   Desgajábase el calendario por el año 43 del siglo recién pasado, en un mes que abreviaba entre un octavo y noveno, y que corría aprisa, como si quisiera llegar a algún punto o tiempo –me decía la señora, doña Lidia Mendoza Parajón─, habitante de un pueblito pequeño, bautizado con el nombre de Telica, que en náhuatl “TLILLIPAN”, quiere decir, Lugar Negro, tal vez por la cercanía del Cerro Negro; y que con orgullo afirmaba, −aquí fue, cuna del Prócer Dn. Miguel Larreynaga, uno de los firmantes del Acta de Independencia de septiembre de 1821, enfatiza afirmando bien las palabras, −aunque los leoneses digan lo contrario – dice, doña Lidia. 

   ─Y entonces sucedió que cuando, para ese año del 43, a este pueblo se apareció un joven poeta, elegante y de buen hablar, que trabajaba como “oficinista” en el mineral conocido como, la Mina El Limón,  dirigido por una compañía norteamericana cuyo jefe máximo era un tal Míster Spencer. ─El poeta llegaba en un caballo blanco y “andador”, que relinchaba con estampa; se decía que el animal era de sangre briosa y de raza fina. El jinete se paseaba por todo el pueblo, –en aquél entonces. todo esto era “chiquito”−, recalca doña Lidia. Pero, la verdad es que era todo un espectáculo: jinete y noble bestia...

Toma “huelgo” la matrona de Telica, y prosigue:

   ─Te voy a decir una cosa, nadie sabía por qué venía. Pero todo mundo “curioseaba”, la gente se asomaba a la puerta y se decían unos a otros: dicen, que es poeta... que hace versos de amor. ¿A qué vendrá? La pregunta se “englanchaba” en el viento que traía polvo y aire caliente al paso que dejaba la pisada severa y rítmica de los cascos del animal.

   ─Y esto, lo recuerdo como si fuera ayer. ¡Como si lo estuviera viendo! Y volvía a tomar aire, para proseguir... Y esto no es cuento... es la pura verdad. ¿Por qué te digo esto? Porque, me acuerdo..., y se detiene a pensar. ─Sí, ya para ese año... ¡sí, hombre, ya la iglesia tenía su campanario de madera y horcones, que los domingos sus campanas, nos despertaban alegres!

   ─Así sucedía por los domingos o los días en que se organizaban fiestas bailables, o en las fiestas patronales, ¡Que te cuento!, aquí se ha celebrado a Santiago Apóstol, el santo patrono. Al Señor de Esquipulas, San Isidro Labrador y la Virgen de los Ángeles. Y ese caballero, del que estamos hablando, aprovechaba todo. Hacía su entrada triunfal al pueblo en su blanco caballo, repiqueteando los cascos, haciendo galanuras con sus patas el noble animal. Y él, con sus pantalones anchos, campanudos y de paletones; de sombrero como de gamuza, amable, saludador... y vuelve a detenerse a pensar... Hasta que sucedió lo que tenía que suceder.

   ─En una de tantas, el jinete del caballo relinchador, se vio perderse hacia la parte norte del pueblo, luego se enrumbó hacia el camino de San Jacinto... “Los Hervideros”, probablemente para internarse en el extenso campo minero. Pero eso no para ahí... en anca del brioso caballo blanco, iba la joven más preciosa del pueblo, iba con su pelo largo al viento. Era la “niña de los ojos” de don Eligio Mendoza, un pequeño pero honrado finquero de este lugar, que entre llanto y sollozo, exclamaba ¡Mi niña, mi “coco”.

¡Y, ni él mismo, se aguantaba, la rabieta que lo consumía!, me dice en susurro doña Lidia.

   ─ ¡Mi niña! ¡Mi niña adorada!, gritaba. Se me la han robado. Es mi niña. Mi coco, mi María Elsa. Gritaba muerto en llanto.  Aquello, era todo una tragedia.  Y Dña. Clotilde Parajón, su esposa, le acompañaba en su dolor. ─Yo no la quería dejar ir. Yo ya sospechaba algo. Ese tal poeta no me daba buenas pulgas cuando entraba al pueblo y pasaba por nuestra calle caracoleando su caballo. ¡No! ¡Se me llevó a mi muchachita linda! Y pasaron los días, los meses y don Eligio no le habló al poeta. Y murió el pobre de tétano cuando su carreta, se cayó y le pasó la rueda. Él “jaló” rápido la canilla, pero toda se la “cholló”. Don Eligio sólo quería ver a su nieto, que parece que también, salió poeta. Y en la finquita de don Eligio, siempre sangró la herida dejada por un poeta. ─Te fijás. ¿Vé lo que te estoy diciendo?  Ese es amor, que lindo, que romántico. ¿No te parece? Robada y en el anca de un caballo. Perdiéndose en el polvazal y con la gran cabellera negra, negra suelta, que contrastaba con lo blanco, blanco del caballo, brioso y relinchador.

Y fue en un día de fiesta.

Edmundo Icaza Mendoza.
5:05 a.m. de 28 enero de 2012
Col. 4 de Mayo. Zaragoza.

Nota: Distancia que recorría el poeta, más o menos. De León a Telica: 8 Km. De Telica al empalme, unos 12 km. Del empalme a la Comarca “Las Marías” unos 6 Km., y de allí a la Mina El Limón, 10 Km. Un total de 30 ó 40 Km. ¡Qué en los días de fiesta...

domingo, 13 de noviembre de 2011

FIELES A TU MEMORIA (JACINTO BACA JEREZ).

FIELES A TU MEMORIA

León, 11 de Noviembre de 2011


¡Mi respeto y admiración a los antiguos
y fieles compañeros de siempre,
de aquellas antiguas y pretéritas células de Jacinto Baca Jerez!

(Caída Heroica
9 de noviembre de 1969).


¡Fieles a tu Memoria!

Este es el título que le he dado a estas palabras, que con sinceridad les digo, que han nacido emocionadas en el recorrer de un santiamén, de esas ideas que aún anidan en el templo, de un tiempo, de esos recuerdos imperecederos, que quieren quedar plasmados en páginas indelebles del amor sacrosanto a la Patria y a un pueblo, cualidad inquebrantable e ideas prístina de Jacinto Baca Jerez, y que hoy, introducirse quieren en sus mentes, para que resplandezca jovial y optimista; sencillo, franco y afable, la figura de Jacinto, en esta mañana de domingo fresco, lleno de esta arboleda y en este trozo de armonía natural, en unión de emociones, afectos y recuerdos, en este paraje de su antiguo compañero Reynaldo Puerto, en la que nos reunimos varios, muchos, todos, porque aunque algunos no estén aquí físicamente, hay una fuerte vibración que se abre en contantes hondas, para decirte Jacinto, en tus 42 años de haber vivido y partido con ejemplar valentía ¡Presente! ¡Presente!

¡Presente estamos, Jacinto!


Recuerdo hoy, emocionado por cierto, que el 9 de noviembre de 1992 en el «Mausoleo de los Héroes y Mártires» frente a nuestra Insigne Basílica Catedral de León, que un grupo de compañeros y compañeras, para ese entonces, nos reunimos también, para rendirle un sempiterno Homenaje a Jacinto Baca Jerez ─en su XXIII aniversario─, y ante sus restos mortales, expresamos nuestra fidelidad a los principio e ideales de este precursor de la lucha revolucionaria.

Uno de tantos precursores, me podrían decir. Bueno, sí, igual que: Silvio Mayorga Delgado, Jorge Navarro, Modesto Duarte, Francisco Buitrago, Mauricio Córdoba e indiscutiblemente el Comandante Carlos Fonseca Amador, y tantos y tantos otros... Y decíamos en esa ocasión textualmente, que: “Era un 9 de noviembre de 1969, cuando los noticieros locales con el “flash” característico de las notas noticiosas de última hora, daban la fatal noticia de la muerte en combate de la ya “leyenda”, Jacinto Baca Jerez.

¡Última Hora! ¡Última Hora! Cae en combate en la Estación de Rota, Comarca de Malpaisillo, el Jefe la FARN (Fuerzas Armadas Revolucionaria de Nicaragua), Jacinto Baca Jerez, peleando contra elementos de la GN. Su cadáver fue traslado al Comando Departamental de León... Y seguía el “piripipipípípí” interminable y escalofriante: “...se conoce por fuentes extraoficiales que hay un guardia muerto, otro herido y que su compañero de lucha, está siendo perseguido con todos los recursos. Numerosas patrullas peinan la zona, avionetas a “ras” de la Cordillera de los Maribios, buscan como detectar su paradero. Para-militares, jueces de mesta, se dedican como “jauría” a rastrearlo en los algodonales, en las fincas aledañas, pero se ha hecho imposible capturarlo... La orden es hallarlo a como de lugar y acabarlo inmediatamente...”. Y seguía aquella noticia... que hasta le paraba los pelos a uno. “...parece que el perseguido ha roto el cerco, la guardia está encolerizada...”. Y se empezó a tejer una a una, las muchas conjeturas sobre esa Hazaña. Así la calificaron periodistas de esta ciudad de León.

La Juventud leonesa se puso en alerta. Inmediatamente se afinaron los mecanismos de seguridad para todos los revolucionarios, porque aquí se daba una particularidad, una especie de “simbiosis”, los miembros del FSLN interactuaban con los de Jacinto. Recuerdo que yo alquilé varias casas y en ellas llegaban y se resguardaban tantos miembros de uno y de otro. Antes que se fuera Silvio Mayorga (el que me daba para alquilar casas), allí pernoctaron varios hermanos, recuerdo a uno que le decían el abuelo, y a otro que me parecía que era Regis Mairena, pero no sé. Ejemplo, de esto, es la pieza que me alquiló doña Adriana Zavala: de las Gavetas, 30 vrs. al Norte, mano izquierda, que ella a la vez, alquilaba a los Caballeros. Allí estaba el plantógrafo donde se imprimía “La Chispa” de Jacinto y del “El Chele” Espinoza; pero la máquina de escribir “pencona” para picar Esténcil, era del FSLN, creo que la había llevado Luis Álvarez. Comíamos del mismo “bollo de pan”, un pedazo cada uno. Compartíamos un pedazo de pan, todos.
Aquel día. O más bien, aquella tarde, yo iba caminando un poco más adelante de los Billares Lezama, en la Avenida 23 de Julio, buscando hacia la Universidad, iba con Bayardo Salinas, cuando nos alcanza “Cristo de Lata” el flaco Taleno, ─Cuidado, ese maje es oreja. Y me dice. ─Oíme, poeta. Mataron a Jacinto y lo están pateando esos hijos de puta, en el comando; hagamos un mitin con los del Mariano Fiallos. ─Ahorita no puedo voy a hacer un mandado de parte de mi trabajo. Y Bayardo me hizo un guiño y nos fuimos rápidamente. La verdad es que íbamos al Centro Universitario, para ver si organizábamos un mitin o una manifestación, resolviéndose por ésta última, pero se inició un patrullaje de la GN, sorpresivo, que nos impidió realizarlo y sólo se produjeron focos estudiantiles frente al Colegio Nocturno “Mariano Fiallos Gil”.

Y allí se declamó... Y esto es lo que recuerdo:
Por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo.
Para los que de sangre salpicaron la patria, pido castigo.
Para el verdugo que mandó esta muerte, pido castigo.
Para el traidor que ascendió sobre el crimen, pido castigo.
Para el que dio la orden de agonía, pido castigo.
Para los que defendieron este crimen, pido castigo.
No quiero que me den la mano empapada con nuestra sangre.
Pido castigo.

En verdad que al cadáver de Jacinto, había sido zaherido y flagelado por sus sicarios. Eso corrió de boca en boca, y en nuestros corazones, se clavaba el dolor, la angustia y la ira. En muchos de nosotros se sembró la idea de responder con violencia, fíjense bien, en 1969, ¿con 22’ ó 38’? Ya había agallas, y muchas de sobras, desde El Chaparral, Bocay, Bocaycito, Rahaití, y la disposición de entregarnos por entero al altar mayor de la Patria.

Pero se mantuvo la serenidad, la unidad de pensamiento y de acción para garantizar las estructuras organizativas que se habían logrado crear en occidente.

Jacinto Baca Jerez en su infatigable trabajo de organizador fue sorprendido. Él tenía que movilizarse como jefe, junto con sus compañeros, necesariamente, para ir organizando los cuadros en el sostenimiento de la lucha. Eran momentos difíciles aquellos. Nadie daba un peso por un revolucionario. Pero Jacinto estaba presente, aunque eso significara el riesgo de su propia vida.

Todo se erizó de guardias y orejas. ¡Qué repugnancia siempre me causaron los “orejas”! Y aquel día, fue otro día de acontecimientos, entre la de recuperaciones económicas, huelgas, reivindicaciones sociales, protestas, manifestaciones, etc.

Y, en ese día, 9 de noviembre, Jacinto respondió y empezaron a responder, los JACINTOS, con una 45’. Ya antes, habían sonado los tiros. Pero ahora íbamos por ideas más definidas, más organizados, por algo pensado, creado y con visión de futuro.

Jacinto dijo: “Yo, jamás me rendiré. Mi sangre, donde sea y cuando sea, caerá en tierra fértil y será abono para que crezca el mañana del estandarte nuevo y se multiplique el amor y se encienda la razón y como antorcha, brille para todos La Justicia y La Libertad.

Jacinto, trascendió en sus principios. Y muchos se atrincheraron y supieron cumplir como, Leonel Rugama, Mauricio Hernández Baldizón, Roger Núñez Dávila, y uno de mis poetas preferido, Fernando Gordillo Cervantes.

Y escribí esto, por aquellos tiempos y ampliado para otros y diferentes tiempos:


Por eso, hoy te digo a vos,
y a René Carrión,
”Hermanos de sueños puros”
y de vivencia trascendida
de ese ideal cristalino
y cristalizado en la toma de una 45’.
Y abrir el pecho
como rosa a la mañana
para que reviente el día,
de ese día tan ansiado.

Y me he vuelto a embriagar
de la alegría,
y de la exquisitez de la vida,
de ese dar a otros sin egoísmo,
sin remordimiento,
para salvarnos de tantas olas encrespadas.

A este grupo
que a tu memoria fiel,
mantiene límpido
el recuerdo aquel...
o aquellos del pensamiento libre
y liberador
bandera de amor
que unidas en pasión de pueblo
siempre serás luz que guíe
y no muera.

Y, hoy, entre el frescor del recuerdo
y el perfume de la flor del tiempo,
vivos, aún,
pero, cuando hayamos partido,
tú, siempre estarás en la bondad del mundo,
por tu ejemplar humildad, y valentía.

Y, proclamar tus ideas,
¡Porque siempre seremos, fieles a tus principios!

Edmundo Icaza Mendoza.
9/11/92 – 11/11/11
Radio Venceremos y Col. 4 de Mayo
Bo. Zaragoza, León Nicaragua.

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FIELES A
TU
MEMORIA

A 42 años de tu ejemplar valentía.

13 de noviembre
2011

¡Mi respeto y admiración a los antiguos y fieles compañeros de siempre, de aquellas antiguas y pretéritas células de Jacinto Baca Jerez!

Jacinto Baca, ¡Presente!

C U A D E R N O S “E D I C A M E N”
UN APORTE A LA CULTURA, AL ARTE Y LA POESÍA
DE LEÓN, NICARAGUA, C. A.

Edmundo Icaza Mendoza

HOMENAJE A JACINTO BACA JEREZ
EN UN PEQUEÑO PARAJE DE REYNALDO PUERTO
SOBREVIVIENTE DE LA GRAN HAZAÑA (9/11/1969).

sábado, 30 de abril de 2011

ENCUENTRO AFECTIVO TRAJO A MÍ, RECUERDOS ENTRAÑABLES

ENCUENTRO AFECTIVO TRAJO A MÍ, RECUERDOS ENTRAÑABLES

El día miércoles 21 de julio del año presente 2010, recibí una visita sorpresa. Mi hija, Elsa Massiel, salió a atender al visitante. ─Dice, que es Daniel Izaguirre. ─ ¡Que pase Daniel Izaguirre Téllez, mi casa le abre los brazos de afectuosa amistad!, respondí yo, bastante emocionado. Después vino el abrazo efusivo, y las escenas se sucedieron vertiginosamente entre el hoy y el ayer en un recuento expedito para poner al día nuestros agitados recuerdos.

Luego vino otra sorpresa. ─Hombré, hermanó, te traigo el manuscrito de mi vida. Mi propia autobiografía. Mis memorias. Y quiero de vos, unas letras… que escribás algo. ─ ¿Por qué yo?, le pregunté. ─ ¡Porque, somos hermanos de ideas y de lucha! Y nos ha unido la sinceridad de la palabra, de los hechos y del corazón.

Eso me honró y llenó de encomio, a la emoción ya descrita. Vino otro abrazo e inmediatamente, nos pusimos manos a la obra. Se mandó a fotocopiar todo el material, lo ordenó y me lo fue entregando, haciendo las recomendaciones y explicaciones pertinentes.

Y la tercera sorpresa estaba por llegar. ─Mirá, hermanó, éstas son mis canciones. Y empecé a hojearlas. Había una dedicada a la Ciudad de Telica, tierra de mi santa Madre, María Elsa Mendoza Parajón. He, aquí, dos estrofas: “Te quiero cantar mi vida/y decirte con alegría/viva Telica bendita/pedazo de la tierra mía”. // “Señor nuestro desde el cielo/como una brisa sagrada/envíanos una mirada/de esperanza y de consuelo”. Y otra canción que nos llama a la reflexión y no, a la violencia: “El que reflexiona y piensa/el que sabe discernir/canta, descansa y sueña/vive y deja vivir”. Y así, muchas más. De repente, me dice ─Te voy a regalar un tesoro. Es el “Himno de la Construcción”, escrito por el poeta “Chorotega” Antenor Sandino Hernández, el que me fue entregado, por el recordado periodista e hijo del poeta “Chorotega”, Ramón Augusto Sandino Centeno (RANSAN), en el mes de junio de 1974, especialmente para el Sindicato de Carpinteros Albañiles y Armadores y Similares de León (SCAAS).

Dice entre otras estrofas:

Porque somos la fuerza impulsora
Que en el átomo duerme y se hace mar,
Los que hacemos banderas del Espacio
Nuestro cuerpo en alto al trabajar.


Porque somos el ímpetu que lleva
Vivo gérmenes de amor y libertad,
Porque somos el impulso de la rueda
Que mueve como el sol la voluntad.

Con esta avalancha de sorpresas, Eligio Daniel Izaguirre Téllez, se despidió con un más grande y profuso abrazo, inspirando en mí, el de escribir una introspección o repaso de esa vida de sacrificio, entrega y sinceridad, con que, Daniel Izaguirre Téllez, ha sabido imprimir a su enérgica existencia, siendo su lema: “Yo escribo pero no busco/oro, dinero, ni fama/yo escribo para decir/lo que otros saben/y callan”.

De su expediente, me encontré con un cuadernillo: “Mi colaboración con el periodismo”. En el documento hace desfilar a todos los periodistas, aquellos que visitaban el sindicato de la construcción, aquellos que entablaron amistad con él, y que, a lo largo de su vida, fueron expresándole su amistad, la que él acogió sin distingo de ninguna naturaleza: los periodistas de la Asociación de Periodistas Independientes de León (APIL), y de la Asociación de Periodistas (APL).

Eligio Daniel Izaguirre Téllez, nace en un barrio laborioso de trabajadores, donde hombres y mujeres, de extracción obrera y campesina han proclamado con hechos, su actividad y valentía. Él vio la luz del mundo un 1º de enero de 1945, en el seno de una familia humilde, pero digna, cimentada en profundos principios morales.

Su niñez llena de vicisitudes y pobreza, lo obliga desde tempana edad, a buscar el pan nuestro de cada día, en múltiples trabajos y desempeños, donde conoció la dureza del trabajo del campo y la ciudad y los maltratos a que fue sometido.

Eligio Daniel, fue así, que en los “ásperos hornos del trabajo” fue cincelando su carácter, su interés y preocupación por la defensa de los trabajadores. Y ya para 1967, ─nos dice en su autobiografía─ ingresa al Sindicato de Albañiles, Armadores y Similares de León (SCAAS), año en que también se relaciona con Rafael Rufino Abarca Mendoza y Guillermo Inocente Ramírez, dos destacados dirigentes de esta ciudad de León.

Desde ahí, Daniel Izaguirre, fue consolidando sus conocimientos sobre el sindicalismo, organización y defensa de los obreros; y sobre todo, fue acopiando ideas claras sobre la lucha que debía mantener por la emancipación de su clase, y por las conquistas de mejores condiciones humanas, de vida y por la dignidad de los trabajadores, en una sociedad justa. Nace así, la sinceridad, disposición y disciplina, en la forja y talla de un dirigente leal.

Eligio Daniel Izaguirre Téllez, emerge en ese mismo año (1967) y de manera vertiginosa; lo vemos aparecer en el escenario revolucionario, se incorpora a la vanguardia político-militar el FSLN, e inicia su trabajo de concientización en las filas de otros sindicatos y el de captación de hombres y mujeres para la lucha contra la oprobiosa dictadura somocista. Y es así, que también se inicia, la secuencia de amenazas, acoso, persecuciones, capturas y torturas de que fue objeto durante toda su vida de lucha sindical y revolucionaria.

Yo empecé a tratar a Daniel Izaguirre en el año de 1972-73. En ese tiempo yo trabajaba con Santos Valentino Ruiz, llevándole noticias a la Radio Circuito y haciendo la Sección Cultural; igual que con Francisco Darce Blanco, al que además, hacía la sección Comentarios Dominicales, como el del domingo 16 de septiembre de 1973, titulado “En golpe militar al Presidente Salvador Allende, involucrados la CIA y la International Telephone, Telegraph (ITT)”.

─Querés agarrar, buenas noticias, ─me dijo, Alí Abarca Meléndez, buscá a Daniel Izaguirre Téllez del SCAAS. Es buen elemento. Y en verdad, que la noticia estaba a la orden del día, de toda clase de noticias, sobre todo, de los trabajadores y los sindicatos. Los periodistas llegábamos a la oficina del SCAAS y a todos, nos atendía con amabilidad, gentileza y deferencia. Así, lo fui tratando y conociendo, al gran Eligio Daniel Izaguirre Téllez. Hombre franco, sincero y sencillo, con la verdad en la mano y de la mano con ella. Y lo conozco, hasta el día de hoy en que trazo estas líneas, y en que todavía, Daniel, mantiene su lema: “…yo hablo, lo que otros saben y callan”. Daniel Izaguirre, es un hombre cabal, lo testifica su larga trayectoria de lucha.

Y de esta larga trayectoria a la que me refiero, Daniel, aparece por el año de 1967 ingresando al SCAAS, me dicen sus memorias. Y en ellas, va haciendo un recuento detallado de conocidas personalidades del mundo sindical, obrero y político. Daniel se foguea, al lado de Rafael Rufino Abarca Mendoza y Guillermo Inocente Ramírez. Y es en el mismo año de 1967, en que se relaciona y traba amistad con simpatizantes del FSLN, año duro por cierto, de mucho sacrificio:

27 de Agosto, caen los compañeros en la Jornada Heroica de Pancasán: Silvio Mayorga Delgado, Rigoberto Cruz, Francisco Moreno, Otto Casco,Fausto García, Oscar Danilo Rosales, Nicolás Sánchez, Carlos Reyna,Carlos Tinoco y Ernesto Fernández

21 de Octubre, es asesinado cruelmente René Carrión López,en el Comando G.N. de
León. Persecución y captura a conocidos dirigentes estudiantiles: Sócrates Flores, Guillermo Lanzas y es ferozmente torturado Richard García Navas.

4 de Noviembre, son capturados, torturados y asesinados: Casimiro Sotelo, Edmundo Pérez, Hugo Medina y Roberto Amaya, en la ciudad capital.

Y en un ambiente de mucha represión, Daniel Izaguirre, trabaja, lucha y se adiestra en la concientización de los miembros de los Sindicatos Hospitalarios, de la UNAN, del INSS y del SCAAS; también participa en la formación del Comité de Organización Sindical (COS), y de apoyo a la asociación de mujeres AMPRONAC. Este ejercicio de acción e instrucción, le va a permitir una verdadera habilidad para una cuidadosa selección, de futuros colaboradores y cuadros políticos del FSLN, en un febril crecimiento del movimiento sindical en León.

Sus estudios sobre sindicalismo, cursos políticos-ideológicos, su entrega y sacrificio y la ejemplaridad de dirigente, lo llevó a ocupar cargos en la Junta Directiva y de Vigilancia del SCAAS; Asesor Negociador, ante la Cámara Nicaragüense de la Construcción, participación en la creación de la Federación de Sindicatos de Carpinteros, Albañiles, Armadores y Similares; todo ello, junto a otros relevantes dirigentes del sindicalismo regional y nacional, y siempre él, ahí estaba, en representación del SCAAS de León.

A Daniel se le ve participando en grandes huelgas, como por ejemplo: el de la construcción (1973), la que fue dirigida por el SCAAS y que pertenecía a la Confederación General del Trabajo CGTi (independiente), huelga con la que se fueron con más de 5 mil obreros y cuyo objetivo era el de abolir las 60 horas de trabajo, impuesta por Somoza (en decreto del 10 de enero del 73), y además, sobresale porque esta huelga, desafió abiertamente el estado de sitio que impuso el dictador. Otra de las huelgas fue la de los Hospitalarios (1973-74), iniciándose en el Hospital Vélez Páiz, y a la que se sumaron siete centros asistenciales del país, por lo que a Daniel, le tocó recorrer varios departamentos de Nicaragua, solicitando la solidaridad. Como hemos visto, en el recorrido de estas líneas, a Daniel, lo vemos que aparece aquí, y aparece allá en los comités de barrio, en las campañas pro libertad de reos políticos, en las movilizaciones contra el alza del agua y la luz… ¿y en donde no estaba Daniel?, es muy difícil no encontrar su presencia, en el palpitar diario de la vida sindical, obrera, estudiantil, periodística y social de su León de Nicaragua, y también a nivel nacional en los congresos de la CGTi, y de los Congresos Estudiantiles de la UNEN. ¿Se ha valorado a este hombre? ¿Su trabajo, sacrificio y lealtad? Creo que no. Por lo menos, a Daniel, se le debe el reconocimiento, de ser un verdadero luchador por las causas nobles de un pueblo y sobre todo de la causa obrera.

Leer las Memorias de Daniel, no solamente es un recuento de sus reminiscencias, sino, que esta documentación es de gran utilidad, porque en ella encontramos datos: fechas, lugares, casos, hechos y personas, de los cuales en algunos fuimos testigos, en otros tuvimos experiencias vivenciales, o fuimos protagonistas directos; y además, refresca nuestras propias evocaciones de aquellos acontecimientos que dejaron honda huella en nuestra vida, en la historia local y nacional, y dar un repaso de esa larga lucha que se tuvo que librar, para derrumbar la oprobiosa dictadura criminal de los Somoza.

Y, para despedirme, con el mismo abrazo efusivo que nos dimos al principio, te dejo mi poema que te lo dediqué a ti y a tu hermano Carlos, porque vi en ti y en él, el brillar de la Esperanza, que es la misma esperanza mía. ¡Salud, Daniel Izaguirre!

LA ESPERANZA

Un Homenaje a Daniel y Carlos
Izaguirre Téllez, que al igual que
todo un pueblo: ¡los corazones se abren
a la Esperanza!

***
En el cielo azul de mi León,
y, en la apacible estancia de mi alma,
percibo, una fuerza arrolladora,
que levantando su voz imponente,
bajan desde los cuatro puntos cardinales
festones serpenteantes
de ánimo y energía,
derramándose sonrientes y frescos
en el rostro diáfano de la ¡Victoria!

Y, siguiendo la aclamación
de la lucha ininterrumpida,
compartimos la alegría de vivir
con un pueblo que se corona de auras,
¡En el Arco Triunfal de la Esperanza!

Dignidad y compromiso:
Altar sagrado de los pobres.
Y como Paladines del Amor,
anuncian las buenas nuevas
ceñidas en sus sienes
¡Los verdes laureles de la Esperanza!

¡Oh¡ Mi León, jubiloso y contundente
y con la alegría luminosa de estos Hermanos
encienden de su sencillez copos musicales
en el esplendor de un pueblo
¡Qué espera ferviente el mañana!


11:00 a.m. 13 de septiembre de 1978
Terrible represión contra los periodistas.
“Las Pilas”, El Laborío. Edicamen.

Mi reconocimiento porque es ejemplo de integridad, de entrega y lucha por los intereses del pueblo, de la causa obrera y del Hombre Nuevo.

PEDRO EDMUNDO ICAZA MENDOZA
Poeta y Periodista de la ciudad de León.
Afiliado a la UPN e incorporado al Colegio
de Periodistas de Nicaragua.

UNA NOCHE Y DOS TESTIMONIO

UNA NOCHE Y DOS TESTIMONIO

A las 8:36 minutos de la noche del sábado 29 de mayo, del presente año, recibí finísima sorpresa y fue la entrega en mis propias manos, de un libro ─múltiplemente ofrecido, por cierto─, que el poeta leonés Enrique Langrand, me dispensaba como un gesto de caballerosidad, y quien con un saludo, que además de cortés, me ofrecía en página abierta, su gentil dedicatoria.

Tornóse para mí esa noche, de un doble testimonio. El primero fue mi aporte y solidaridad con Mara Lorío, madre del joven artista Luis Carlos Montano Lorío golpeado salvajemente por un pandillero. A este joven artista, se le brindó una “Tertulia Solidaria” en el local del Centro Popular de Cultura “Antenor Sandino Hernández” y en la que participé, leyendo mis versos de la «Vertiente de mi pensamiento». Y el segundo, sería el regocijo que sentí al recibir el regalo anteriormente expresado y origen de estas líneas o iniciación de mi comentario.

Me decía mi padre, el poeta Edmundo Icaza Munguía, «Hijo Dilecto de la Ciudad de León», “que había que amar la poesía porque es parte vital de nuestras vidas, que con su música e interioridades, enternece nuestra alma en este mundo de torbellinos y de bajas pasiones.”

Y, el poeta Langrand, me dice en su dedicatoria: “Pienso que la música del poeta debe guiar a los pueblos al encuentro con su destino. La poesía nos da lo que la realidad nos niega.”

Y es que la música, siendo un concierto del alma; y la poesía que es el alma pulsando la lira en un concierto de ideas y sentimientos, y que hoy más que nunca, debemos pulsar, es como dice el poeta Langrand, “guía” para dirigir a tanta alma loca carente de objetivos, de ternura y de amor, en este mundo maltrecho y enfermo, en el que sólo se ambiciona poder y riquezas, codicias y envidias.

La realidad de este mundo choca con la ternura del alma que es música y poesía como manifestación del sentimiento estético, y niega ese punto de llegada, para los que deseamos alcanzar nuestra meta deseada. Pero esa meta que es necesaria, para construir algo mejor, y como nos la niega la realidad, la poesía nos guía ennobleciendo el alma, en busca de nuestro destino y nos la da con creces, en este mundo de infortunios.

Poesía y música: pilar, base, columna, ¡Libertad!


Libertad de pensar y sentir como yo quiero, y no como lo quieren los “otros”. Escribir como yo pienso y expresar libremente lo que siento. Y traigo a colación lo decía Vicente Huidobro: “…cuanto miren los ojos creados sea…” y que “…la primera condición de un poeta es crear…”. ¡Cantor, crea y canta¡ ¡Que vibre tu pluma, como tu lo sientes¡

Al abrir el libro en ese mismo instante, después de leer la dedicatoria, se presentó ante mi vista “Turbulencia” y lo primero que pensé fue en agitación, desorden, perturbación. Y, desde ya, el verso me habla de un mundo enfermo, infestado por la ignorancia, falto de identidad, precipitándose a lo irreflexivo. Y, el poeta reclama: “y a nadie parece importarle” y siente confusión de sus propias dudas; pero, demanda a las conciencias receptivas, un mundo distinto, no del que se encamina al despeñadero, sino el que debemos construir atendiendo a nuestra aptitud y significancia humana, en la búsqueda de los verdaderos valores espirituales.

Y, sigo leyendo, y voy compartiendo mucho sentir e ideas. Pero como le he entrado a las “cebaditas fermentadas”, libando con el poeta José Mercedes Ruiz, en mí se va avivando algo sabroso e intensificando una euforia riquísima, por lo que tengo que dejar la lectura, para continuarla en mi casa. Aunque confieso, que de vez en cuando, abro el libro al azar, y le “echo un ojo” y se intensifica más el avivamiento que abriga mi mente y mis emociones.

Nuestras emociones pueden ser encantadoras, atractivas, atrayentes; otras, penosas y difíciles. Y en el poema siguiente que leo, el poeta se hace una pregunta ¿Fue Dicha? En cada verso se siente que de su interioridad va fluyendo ─y destilado en un filtro profundo─ va sacando lo que quiere verter, volcar, y ajustando su estilo, a las caídas de sus pausas versales, que me es cómodo leerlo y entender su contenido, lo hace afirmando en cada línea, de manera suave pero honda, su lenta pesadumbre.

Él, lo que siente, lo depura lo piensa y lo dice. Le leo cada línea, cada verso y me siento en ánimo receptivo, porque percibo sus vibraciones en cada palabra, y éstas me llaman, me adentro en ellas y voy sintiendo su arrebato, el furor, el dolor, la denuncia y el reclamo.

La sensibilidad, comprensión, y visión del poeta, la vemos expresada, no en la sensiblería, sino en la intensidad de su naturaleza emocional, que al conmoverse, conmueve.

Sus “Emociones Desaprensivas” composición poética, con que titula su libro, une lo intenso con lo penoso, lo interpretativo con lo que sobreviene, lo que conmueve con su posición que adopta, lo que siente y lo que reclama y testimonia en su denuncia “Desde el averno de la insignificancia…” y de los que retuercen sentimientos y se ahogan en “…pasiones lóbregas y sordas…”. Y el poeta levanta su voz y rechaza con energía todo lo que corroe al género humano: la intriga, la envidia, la vileza, el rencor, el desamor, el oportunismo y la hipocresía.

El poeta con entereza va uniendo las vertebras, y formulando su crítica, que con su dedo acusador nadie y nada queda en pie. Y veámoslo cuando pulveriza a la “amargura que saborean los impotentes”, esos que auto se infligen aflicción al saborear la hiel de la incapacidad de concebir amor y lanzan su frustración contra el que se alzó con éxitos en los avatares de la vida.

Y, a pesar de los oleajes, el poeta de sus interioridades. emerge toedo un mundo, “su mundo”; ese, en que “el tiempo y el espacio no coinciden” y que se vive “sin propagandas intestinas” y “sin el egoísmo deleznable”. Yo soy dueño de esa fortaleza que del dolor se levanta, y de ese interior donde: “ahí el espíritu comulga” y “se encuentra con su libertad plena”.

Libertad, de la que yo respiro y por ello hago mías estas letras. Y me aliento para continuar. Y, “hay que continuar”, porque la tristeza ni el fracaso deben estar en nosotros, y si se nubla el pensamiento por el desánimo “busca escarba el alma”, ¡fuera la tristeza! ¡Vive la vitalidad de la vida!, “vale la pena sentirse ¡vivo!”.

No importa si en ese oleaje hay desconsuelo, arrebatos y si uno piensa que la entrega “valía todo el esfuerzo”, lo importante es que, en este mar de contradicciones, es ir aprendiendo el arte de amar ─siempre estamos aprendiendo─ por lo que nosotros, y todo, somos creados por el amor.

Y hay sentimientos, de los que el poeta, expresa. De esas “insufribles horas de espera” entre insomnio, angustia y rabia, en esas horas cuyo acompañante es el silencio, en los que se repasan esos minutos, esos relámpagos de dolor, y en la que se levantan fortalezas no existidas, y en la que se iza la bandera de un “todavía te quiero”.

Sentimientos de los que están poblados nuestros mundos, añoranzas, nostalgias, olvidos, y sueños; sin saber si los recuerdos en la vida fueron un sueño, o si “anduve soñando mi vida”. Pero, si ella pregunta, dile que:” la espera destruyó mis poemas” y “se votaron en la papelera del olvido”. Es en este oleaje de sentimientos, en los que columpio mis pensamientos. Y me traen a mi mente, amor, fantasía, dolor y anhelos.

Pero, hay que continuar, esa es la fortaleza que me dan estas líneas. Que los aplausos

martes, 26 de abril de 2011

DOLOROSO CALVARIO DE LA JUVENTUD LEONESA

C U A D E R N O S “E D I C A M EN”
UN APORTE A LA CULTURA, AL ARTE, A LA REFLEXIÓN Y A LA POESÍA
LEÓN, NICARAGUA, C. A.

Edmundo Icaza Mendoza
Poeta y periodista

DOLOROSO CALVARIO DE LA JUVENTUD LEONESA
(4 de mayo-79)

Escrito el 4 de mayo
2010

En este Homenaje que rendimos a los cuatro Héroes y Mártires de la Colonia 4 de Mayo, de esta ciudad de León, hoy más que nunca, nos sentimos hondamente comprometidos con los ideales de Róger Benito Morales Toruño, Oswaldo Alonso Palma, Noel Ernesto García y René Alonso Palma. (Edicamen).

PRESENTE A 31 AÑOS



DOLOROSO CALVARIO DE LA JUVENTUD LEONESA

¡A los 31 años de su sacrificio,
lo recordamos siempre,
con honor y gloria!

La Historia de León, registra en sus páginas, dolorosos hechos que han estremecido sus cimientos. Páginas que se han regado con heroicidad y sangre. Y que aun, sobrecogidos sus habitantes, han sabido responder con proezas increíbles, ante todos los avatares de la vida. Y es que estos hechos en vez de hacer mella en su ánimo ha fortalecido siempre el espíritu batallador del pueblo.

Abril y mayo, fueron los meses en que se regó con sangre las calles de León en el año de 1979.

Abril y mayo en San Felipe. Abril y mayo en la Ermita de Dolores… en El Coyolar, Zaragoza, Sutiava, El Laborío... en fin, en todos los barrios, repartos y colonias de la ciudad de León, ocurrieron hechos que nos dolió el corazón.

Por ello recordamos con estremecimiento de alma, los sucesos ocurridos el 16 de Abril de 1979, en el reparto Veracruz, y cito textualmente lo que escribí en la Introducción al Libro “El Precio de la Victoria” de Francisco Jarquín Ramírez (Camilo), expresando entonces, lo siguiente: “…y traje a mi memoria histórica, la forja que con sangre, lágrimas y coraje, se templó en la fragua de lo que en aquel setenta y nueve, fuera lo que habría de ser ¡El Victorioso 19 de Julio!”.

Y, hoy, revisando poemas, folletos (algunos escritos, son del Prof. Luis Molina Romero, poeta y abogado leonés) y haciendo un poco de memoria, reviso, y me encuentro que a poco 19 días, de ese estremecedor suceso (el de Veracruz), otra página se escribía con dolor y sangre, y fue la que escribieron cuatro jóvenes, en el crisol del sacrificio y en el “Altar mayor de la Patria”, cuando ellos, como todos los héroes y mártires, se acrisolaron en lo profundo del corazón de un pueblo, para elevar sus espíritus, en la antorcha luminosa, que nos indicaría siempre el norte, en la defensa y proyección de nuestras indiscutibles reivindicaciones históricas.

Y fue en la madrugada del viernes 4 de mayo de 1979, que se hizo el terror; y dice la historia leonesa, que en esa apacible madrugada de un tranquilo y reparador sueño de sus habitantes, figuras disfrazadas con pañuelos “rojo y negro” y fuertemente armados se movían en esta Colonia al amparo de las sombras (esto fue percibido por Juan José Sánchez). Tocaron las puertas de varias casas, anunciando que la insurrección final empezaría a las 5:00 de la mañana. Y allí mismo, empezó el doloroso calvario para cuatro jóvenes, cuatro futuras esperanzas para León de Nicaragua; cuatro vidas, que fueron sesgadas en un santiamén por las hordas sedientas de sangre, de la criminal guardia somocista.

Y tomando como fuente, en citas aparecidas en un folleto que se difundió ya con el triunfo de la Revolución, encontramos lo siguiente que dice: “…eran exactamente las dos y media de la mañana, cuando sus padres (Margarita Toruño y Róger Morales), sin saber la tragedia que iban a vivir, salieron junto con los dos muchachos, Róger Benito Morales Toruño y Noel Ernesto García, hacia la calle.” Y, agrega el folleto: “Después, las bestias asesinas y genocidas guardias somocistas, le dijeron a sus padres que se metieran…”, porque les iban a dar algunas instrucciones. Ellos se metieron, y concluye la cita mencionada: “…como a los cinco minutos más o menos se escucharon las ráfagas de ametralladoras…”, ráfagas que sesgaron la vida de cuatro jóvenes en la plenitud de sus vidas: RÓGER BENITO MORALES TORUÑO, OSWALDO ALONSO PALMA. RENÉ ALONSO PALMA Y NOEL ERNESTO GARCÍA.

En aquella fatídica mañana, en tempranas horas, y para cubrir tan dolorosos hechos, el periodista Bernardo Hernández Rojas, se desplazó a esta Colonia, antes que comenzáramos a transmitir la Revista Noticiosa “Nueva Nicaragua” que difundíamos en Radio Progreso de 7:00 a 7:30 a.m., logrando algunas palabras de la adolorida Madre de José Benito Morales, doña Margarita Toruño y de algunos vecinos. Esta noticia volvió a impactar los sentimientos sensibles de los leoneses, nuevamente se crisparon los puños. Nuevamente el coraje y la decisión de empujar con mayor fuerza el final de tanta barbarie, se reveló en toda su dimensión. Luego nos hicimos presente, Salvador Hernández Salazar, Alfredo Tórrez y éste que escribe la presente nota.

Contabilizando el calendario, tenemos que, 31 días después del 4 de mayo de 1979, en esta hidalga ciudad de León, se empezaba a escribir (4 de junio) con sangre, sacrifico y vidas, el parto doloroso de la Patria. Es así, que se iniciaba el camino hacia la insurrección final. Y en cada paso que se daba, muchos jóvenes iban entregando sus vidas en el camino largo de León a Managua; lo mismo pasaba en los diferentes frentes de guerra de todo el país en los que se libraban encarnizadas batallas, en la marcha hacia la toma definitiva de la capital. Todos, todos íbamos, con una sola decisión inspiradora, conductora y ejecutante; íbamos con la firme convicción de que “Si moríamos otros nos seguirían” y que “La marcha hacia Managua no se detendría jamás.” Y no se detuvo. En la marcha empezaron a sumarse jóvenes de todos los sectores. Y como un enjambre, reproduciendo bríos, audacia y heroicidad, en concurrencia de espíritus, se elevaban los más nobles ideales de una gloriosa juventud. ¡El 4 de Junio de 1979!, a media noche, se empezaba a escribir la Nueva Historia de Nicaragua. ¡Estallaba la Insurrección Final en León!
¡Y se hizo el 19 de Julio! ¡Y el 19 de Julio, nació!

Para ellos, un CLAVEL DE CUATRO PÉTALOS,
en Homenaje a los Mártires del 4 de Mayo de 1979,
escrito por el poeta Luis Molina Romero.

CLAVEL DE CUATRO PÉTALOS

Un amargo cuatro de mayo
de mil novecientos setenta y nueve
llegó la cobarde metralla somocista
y truncó la vida sonrosada,
revolucionaria
de ROGER BENITO MORALES TORUÑO,
la de OSWALDO ALONSO PALMA,
la de RENÉ ALONSO PALMA
y la de NOEL ERNESTO GARCÍA.

***
Yo ví la hermosa y aún caliente sangre
de estos hermanos míos
regada sobre el piso,
aspergeada criminalmente por doquier,
reclamando justicia,
gritando ¡libertad!,
cantando el preludio incontenible
de la nueva Nicaragua.

***
Y todos nos dijimos, entonces:
¡Vengaremos vuestra sangre!
¡Gota a gota cobraremos esa sangre!
Y gota a gota se cobró al contado.

***
Y yo, poeta, sentí rabia,
furia olímpica, fuego de mis entrañas
y, como colgado de un hilo invisible,
un cordoncillo de llanto
quiso ser un río,
y nació una pena que quiso ser el mar.

Luis Molina Romero.



“HÉROES Y MÁRTIRES”

Canción de Róger Morales Meza
“Róger del Moral”.

Plomo derretido
que encendió la hoguera
surgió de la sangre
de Ariel y Abel.

***
Durante el combate que humilló a las bestias
de Evertsz y sus guardias
del comando cruel.

***
Corazas sus pechos
surgió el insurgente
y el fusil fue parte
de su ser vital.

***
Por eso arrollaron
en forma inclemente
al guardia asesino
y a su general.

***
La sangre de ellos no se derramó en vano
porque sus hermanos juraron vencer
combatiendo siempre contra la opresión
dieron a la Patria su liberación.

***
Y ante el sacrifico
de los sandinistas
el valor fue heroico
que arrasó el cuartel.

***
Bastión de ignominia
de los somocistas
y fue gesta heroica
del rebelde fiel


El Cuatro de Mayo del 79
la Colonia Arguello fue testigo fiel
del asesinato de cuatro muchachos
que allí masacraron en forma muy cruel.

Róger del Moral.


A LOS 9 DÍAS DE FALLECIDOS
(Una Oración)

Mi querido Róger Benito
espéranos en la eternidad
Dios te debe tener en su seno
dado el caso que eras
católico y que fuiste
fundido en el crisol
de tus amorosos padres
los que junto conmigo
estamos elevando
plegarias al cielo para el Creador del Universo
el que te tendrá en el lugar de los preferidos.
Adiós Róger Benito.

M. González P.


MI CANTO PARA USTEDES

Vi temblar de sollozo al equipo
de la Revista Noticiosa “Nueva Nicaragua”.
***
Siete y treinta de la mañana. Concluye el sonido
intermitente de ¡Ultima Hora… Ultima Hora!
***
Ya nuestros corazones compungidos,
contritos, sentíamos las dentelladas del dolor.
Salimos apresurados, después de dar, pesarosos,
la trágica noticia del vil asesinato de aquel viernes,
en el último cuarto de hora y suministrada
por Bernardo Hernández (H20).

***
¡Uno de los jóvenes…
─como que se le raja la voz─, es el hijo de Róger Morales!,
casi me grita, Salvador Hernández (SHS),
cantautor y compañero
del “Gran Róger del Moral”: el eterno vocalista
de las idílicas serenatas de este mi León Jodido,
y Levita, (Alfredo Tórrez Pérez) le da fuerte sacudida
para calmarlo de su repentina reacción.

***
La Colonia “Duque Estrada o Arguello”
estaba repleta, colmada de gente, y por sus dos entradas
circulaba un río de sollozos, lloros y suspiros,
y cuando entramos por la parte sur,
repentinamente nos sacudió un estremecimiento.
¡Las lágrimas se asomaron a los ojos de los periodistas!
Yo me sentía chiquito el pecho… casi rompía a llorar.

***
Vimos a Róger del Moral sentido, temblaba en su dolor.
Padecía y resistía el calvario de su hijo, el calvario
de la juventud.
Igual sucedía en las otras casas, donde yacía inerte:
una promesa, un joven, una vida truncada, una propuesta
de Patria:
Oswaldo y René Alonso Palma
y Noel Ernesto García.

***
Hoy se respira duelo en León.
Yo puedo palpar la ira, el coraje y la rabia con mis manos.
El reto está planteado: O ellos o nosotros.
Y en el lomo de tanta barbarie
ya cabalga, ¡el jinete que arrastra la furia de un venidero apocalipsis!

Edmundo Icaza Mendoza
6/05/79
Las Pilas, El Laborío.


Y hoy, a 31 años, nosotros vemos cómo las generaciones adultas o antiguas, ─en una verdadera simbiosis con las generaciones nuevas─, escriben gloriosas páginas de la Historia Patria y de la Revolución. Y a pesar de todos los errores, de todos los problemas y dificultades, de los complots, planes desestabilizadores y campañas de falsificación, se siguen escribiendo extraordinarias páginas, en defensa de las reivindicaciones conquistadas, Y siempre alerta: ante un enemigo traidor y criminal. Y les decimos a estos cuatro jóvenes, ¡que estaremos siempre en disposición permanente, en todos los terrenos, porque continuamos ¡Hacia Nuevas y Grandes Victorias!

¡La Juventud, las Mujeres y los Hombres siguen escribiendo esas páginas gloriosas de nuestra querida Nicaragua!

¡RÓGER BENITO MORALES TORUÑO, PRESENTE!

¡OSWALDO ALONSO PALMA, PRESENTE!

¡RENÉ ALONSO PALMA, PRESENTE!

¡NOEL ERNESTO GARCÍA, PRESENTE!

¡A LOS TREINTA Y UN AÑOS, HONOR Y GLORIA SIEMPRE,
A NUESTROS HÉROES Y MÁRTIRES!


Fecha, 4 de mayo de 2010.
Barrio, Zaragoza, Colonia 4 de Mayo.
Ciudad, León, Nicaragua.

Autor: Edmundo Icaza Mendoza
Poeta y Periodista.

MIS PALABRAS “UN GRITO Y UN CANTO” PARA LOS HÉROES

MIS PALABRAS “UN GRITO Y UN CANTO” PARA LOS HÉROES

Al comenzar a hojear las páginas de este libro que me fue presentado por Francisco Jarquín Ramírez ─cariñosamente llamado por mi persona “Camilo Septiembre"─ y elaborado para ser consagrado a la memoria de los que murieron en la guerra de septiembre de 1978 y como un Imperecedero Homenaje a los Héroes de Veracruz, empecé a oír un susurro sugestivo que al ir leyendo, una a una dichas páginas, iba naciendo “un grito cristalino y un canto en mi conciencia”, como una voz que viajando por el tiempo me llevaba a un pasado reciente, porque en el mismo momento en que leía cada palabra, éstas tomaban vida: como una caricia en los oídos de nuestros héroes amados”, dice su autor, para depositarse en la conciencia de cada revolucionario”, lo que trajo a mi memoria histórica, la forja que con sangre, lágrimas y coraje, se templó en la fragua de lo que en aquel setenta y nueve, fuera lo que habría de ser ¡El Victorioso 19 de Julio!

Cuando Francisco Jarquín (Camilo), me comunicó, que me dejaba el original del libro para que yo escribiera estas palabras, me sentí tan emocionado y honrado, que una fuerte sacudida conmovió mi humanidad. La piel se me fue erizando a intervalos y un grueso nudo se me empezó a hacer en la garganta. Lentamente lo fui revisando… el título, las fotos, el pensamiento de introducción, la dedicatoria… en fin, el recorrido lo fui haciendo pausadamente… Transportándome en milésima de segundos a 27 años atrás, como si tal fuera el día de hoy.

En esa fecha 16 de abril de 1979, yo fungía como Director de la Radio Revista Noticiosa “Nueva Nicaragua”, fecha en que León y Nicaragua fue estremecida por un hecho sangriento y doloroso; y que, con el corazón compungido, tuve que organizar y cubrir la masacre de Veracruz, junto al equipo de periodistas integrado por Bernardo Hernández Rojas, Alfredo Tórrez Pérez, Salvador Hernández Salazar, Francisco Rojas, René Baltodano Lacayo (estudiante de Derecho), y como controlista Octavio Martínez (El Gusanito).

La guardia somocista, había masacrado a seis jóvenes entre hombres y mujeres, masacre ejecutada en contra de los miembros del Estado Mayor del Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”, los que después de ser capturados, fueron salvajemente golpeados y con sus ráfagas y “a quema ropa” fueron acribillados inmisericordemente, para luego seguir ensañándose en los cuerpos ya sin vida de los muchachos.

Este suceso, acaecido la tarde del 16 de abril de 1979, estremeció a toda Nicaragua. Seis de sus mejores cuadros habían caídos. Eran seis jóvenes que habían demostrado fielmente en su trayectoria de lucha, la decisión de ofrendar sus vidas en aras de la libertad de Nicaragua y ejemplarizada “por su combatividad, su entrega a la causa popular, su confianza en las masas, la fraternidad, la mística sandinista, el internacionalismo y su amor a la Patria, fueron sus cualidades principales”, nos dice Francisco Jarquín (Camilo).

¡Aquella fatal noticia nos levantó en vilo a todos! Los periodistas de la ciudad metropolitana, empezaron a movilizarse a lo inmediato utilizando todas las formas y medios para recabar detalles de tan sangriento hecho. Era necesario informar lo que la genocida guardia estaba perpetrando. León había sido sacudido por un tirón fuerte y súbito. Las fibras sensibles de los leoneses habían sido heridas y el dolor qué era agudo y punzante taladraba a profundidad el corazón.

La noticia corría como reguero de pólvora de casa en casa, de vecindario en vecindario. Y a pesar de la represión salvaje que se padecía para esos días, hubo movimiento en todos los sectores, especialmente en los populosos barrios de León, en los cuáles, los “muchachos”, se movilizaban de manera abierta, a luz pública y sin miedo, manifestando su reacción y respuesta decidida ante tal barbarie de odio y crimen. Un verdadero sismo se estaba gestando e iba a sacudir y conmover a la ciudad universitaria.

Las radios locales y de la capital, empezaron a vibrar el “flash” de última hora. La noticia que se estaba dando a conocer, era urgente, rápida, breve, y a veces atropellada pero resuelta; se daban detalles de todo lo que ocurría, la actividad era febril; y a pesar del peligro y los disímiles obstáculos encontrados, se hicieron cruentos esfuerzos para alcanzar la información y difundirla con la fuerza de la verdad por la conquista de la libertad.

A la mañana siguiente de tan tenebrosa tarde ─ya el 17 de abril─ y desde horas muy tempranas, me trasladé al antiguo Hospital San Vicente de Paul de esta ciudad, acompañado del Dr. Ciro Orozco Berríos, abogado de la Comunidad Indígena de Sutiava (CIS), en busca del pabellón donde estaba ubicada la morgue de dicho centro asistencial. Cuando llegamos, ya había un número considerable de gente en dicho recinto. La primera impresión impactante, con la que nos topamos allí mismo, fue la de seis compartimentos o gavetas abiertas… y en ellas, seis cuerpos yacían sin vida… con ostensible huellas de la masacre. Todos sus cuerpos estaban con innumerables orificios y con perforaciones dantescas, huellas del odio, del crimen y la barbarie.

El odio enfermizo de sus sicarios se había ensañado en los muchachos. Y con las muchachas, fue, la exaltación de la barbarie, de la bestialidad en manos de la crueldad, el tormento, y la deshumanización: éstas fueron violadas y torturadas hasta la muerte. El cuadro que estábamos presenciando, era estremecedor y doloroso. Algunas de las personas que estaban ahí presente, lloraban abiertamente. Otros crispaban sus puños y con las mandíbulas bien apretadas sollozaban silenciosamente y sus lágrimas que iban resbalando, descubrían caras congestionadas de ira y de dolor.

La gente seguía llegando, y sobre todo, los familiares que iban en busca de sus seres queridos. Y, hasta conocidos compañeros de lucha, que rompiendo con todas las medidas de seguridad, estaban ahí, buscando como identificar a los muchachos que yacían sin vida. Empecé con dificultad a emborronar las páginas de mi libreta y a escribir nombres como los de… Oscar Pérez Cassar, Roger Deshón Arguello, Carlos Manuel Jarquín, Aracelly Pérez, Idania Fernández, Edgar Lang Sacasa. Y al instante mismo trazaba rayas, flechas y paréntesis para ir anotando los seudónimos, que una voz casi quebrada por el dolor, me estaba dictando. Ese es Oscar, él es Pin…; aquél, Róger, es David…; ése es “Chinto”; Aracelly… Angelita…; ése otro es Aurelio… y no aguantó y rompió a llorar.

Mi humanidad se estremeció una vez más. Todo aquel cuadro era imposible de soportar. Ahí, estaban seis jóvenes salvajemente asesinados, seis jóvenes que habían abandonado la comodidad de sus hogares, para luchar por la libertad de Nicaragua. Mi mente y mi alma fueron estrujadas repentinamente, y al instante, fue creciendo en todos los corazones de los que estábamos ahí, una gradual y explosiva ira que se soltó en sollozo desgarrador. Era imposible ya de contenerse, mis ojos se enjugaron de lágrimas y en mi corazón se acumuló un agudo y pujante grito libertario, y ese mismo grito se cristalizó en los pechos que luego se volvió canto de una épica, que a voz en coro, y coronado de nobles ideales, fue entonado por un pueblo que levantó en alto la bandera sagrada y gloriosa de la Patria y la Roja y Negra de Sandino, porque “los revolucionarios asesinados, vivirán por la fuerza de la verdad”, fuerza que vibra en el pensamiento de este libro, que abre sus páginas para ver la luz pública en estas muy sentidas hojas de
sus escritos intitulados El Precio de la Victoria.

Desde el primer momento que empecé a leer sus páginas, deteníame en sus pensamientos, en su dedicatoria; en las narrativas biográficas, los testimonios y acontecimientos, y de ellas mismas percibí que se desprendía tal fuerza, que sólo puede ser expresada por la limpieza de corazón y recogidas por “el Honor y la Gloria de los que se convirtieron en semilla y abono y que fueron entregando lo mejor de sí mismo, sus vidas” y que vivirán “porque su obra es inmortal y porque se fueron con el corazón desbordante de amor por la humanidad”, expresa su autor Francisco Jarquín (Camilo).

¿Y del día de los funerales? Los recuerdos vinieron a mí. Aquellos recuerdos nuevamente me comprimieron el corazón. ¡Cómo si tal fuera hoy, aquel mismo día! Como si lo estuviera viviendo ahora mismo, en este instante. ¡Cuántas y tantas cosas acontecieron!

Los “compas” a plena luz del día se movilizaban de un lado para otro. Conocidos dirigentes universitarios, profesionales, sindicales e intelectuales se movían compungidos en las calles de León. Otros venían acompañando los restos mortales de los hermanos caídos, y por doquier, se veían “puñados” de silenciosos hombres y mujeres, dirigiéndose al barrio de San Felipe, para decirles el último adiós a los “muchachos”.

¡Ahí estaba un buen grupo de leoneses desafiantes! No importándoles lo que les pudiera suceder. El ambiente se podía tocar. Era un ambiente triste, árido, con un eco local, como vacío, terrorífico. Era un doliente y sentido momento en León. Se palpaban los deseos vehementes de accionar, y salir de ese “mai” picado.

Los “muchachos” apostados por los cuatros costados “menudeaban” en el cementerio de San Felipe. Y el compa “Cundo” acercándose, me dijo bajito: ─no se preocupe, que todo está bajo control y la guardia está “chiveada” desde ayer, y está cusuqueando…” En verdad que la guardia estaba reconcentrada en sus cuarteles… expectantes… Y por primera vez espantada ¡Ante aquello que estaba por revelarse!

Mincho Jirón, que estaba debajo de un palo de “Quelite”, y que había observado al muchacho, se puso un poco preocupado y me dijo: ─¿qué pasa? ─Nada, hombre, él dice que todo lo tienen controlado. Y un inquietante viento, con soplo de rebeldía, helado e insurreccionado, se metía debajo de nuestra ropa y que picando la piel y calando los huesos, nos llamaba la atención del momento.

Con el cabello alborotado, y ante aquellas pechadas de viento que casi me hacían caer, y con los labios apretados, y frías las mejillas, mi voz se hizo oír
y sentir, en el preciso instante en que se les daba cristiana sepultura a los héroes
caídos, era la voz de un periodista. ─La lucha por la libertad y la conquista del poder, se hace decisiva, el rostro de la barbarie y del odio ha sido mostrado nuevamente por Somoza y la criminal guardia genocida. La sangre de nuestros hermanos no puede ser vertida en vano, y fui nombrando a cada uno de los héroes… y un coro al unísono contestaba ¡Presente! ¡Presente! ¡Presente!

─¡Compañeros! No venimos a decirles adiós, venimos a decirles que la lucha sigue, y como proclamara el General Sandino: “"nosotros vamos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte, y si morimos, no importa, otros nos seguirán"”.

Era la génesis de la Voz Oficial del Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”, que el 9 de junio estaba en las ondas hertziana: ¡Aquí, Radio Venceremos… Transmitiendo desde algún lugar de Occidente!

Y, cuando los hermanos estaban siendo depositados en el seno de la madre tierra, se levantó el viento, indócil, y enredándose entre las ramas de los árboles vigilantes, se fue deslizando por el tendido de alambres que cubrían el contorno del Campo Santo, lanzando un agudo suspiro que trascendiendo en el aquel instante doliente, transformóse en ¡UN GRITO Y UN CANTO¡ y aferrando fuertemente en sus manos de patriota, ondeaba la Bandera Azul y Blanco de la Patria, y la Roja y Negra, del FSLN, continuador del legado histórico del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional, aunque se pagara con ¡El Precio de la Victoria!

Autor: Edmundo Icaza Mendoza, poeta y periodista.
Fundador de Radio Venceremos, Voz Oficial del
Frente Occidental “Rigoberto López Pérez”.
Elaborado a las 11:01 a.m. del 3 de mayo de 2006.


**Leído en el acto de Presentación del libro “El Precio de la Victoria” en el Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, núcleo de León, presidido por la Máster Dra. Maritza Vargas Páiz, Vice-Rectora de la UNAN-León y del autor del libro Francisco Jarquín Ramírez (Camilo).

Hora: 06:00 p.m.
Día: Martes 11 de Diciembre de 2007.

martes, 7 de diciembre de 2010

PEDRO ALFONSO MORALES PRESENTÓ ENSAYO SOBRE OBRA DEL POETA EDMUNDO ICAZA MUNGUÍA

Edmundo Icaza Munguía, entre la lírica modernista y la libertad de la vanguardia

Pedro Alfonso Morales

La poesía y la prosa de Edmundo Icaza Munguía se manifiestan a través de la luz, el color, la forma del soneto y la armonía de la lírica modernista y cierta libertad métrica de la prosa poética vanguardista, pero es en la poesía amorosa y romántica donde expresa su lirismo con mayor intensidad, estableciendo una íntima relación entre humanidad y naturaleza que persisten en su poesía como dos motivos dominantes.

El poeta Edmundo Icaza Munguía nació en León el 1 de octubre de 1900, siendo hijo de Francisco Icaza y Mercedes Munguía, quien falleció a los 37 años de edad, por lo que desde los 15, el futuro vate crece bajo la tutela de sus abuelos maternos en el barrio El Calvario.

Entre 1913 y 1916 cursó estudios de primaria en el colegio “Beato Salomón”, institución regentada por “Los Hermanos Cristianos”, ubicado en “Las Cuatro Esquinas” de la ciudad de León. Luego, ingresó al Instituto Nacional de Occidente (INO), donde cursó hasta el tercer año de secundaria. Debido a la repentina muerte de su madre, abandona los estudios y trabaja para sobrevivir.

Primero, impartió clases a domicilio a niños de primaria. Luego, fue contratado como jefe de Almacén del Ingenio San Antonio en Chichigalpa. Más tarde, en Managua, se dedicó al oficio de Talabartero. En 1928, durante la Administración de José María Moncada, como educador leonés, fue designado al área rural del municipio de Posoltega, Chinandega.

Durante la administración del alcalde Manuel Icaza asume la dirección de un grupo de obreros en labores de pavimentación. Luego, es nombrado secretario personal del capitán Almanza en la mina “El Limón, Municipio de Larreynaga, Malpaisillo. Posteriormente, Noel Icaza, su sobrino, le confió la administración de sus negocios en León. Más tarde, en los años 70, la familia Gurdián, lo designa director de la “Tenería Gurdián” en esta ciudad.

En relación con su familia, el poeta Edmundo Icaza Munguía, contrajo nupcias con María Elsa Mendoza, con quien procreó a Mercedes. fallecida el 13 de marzo de 1941, a Violeta la que murió infante, y un hijo, Edmundo Icaza Mendoza, destacado periodista, poeta y luchador incansable de causas nobles. Años después, ante la pérdida repentina de su primera esposa, se casó con Dora Jiménez Pérez, con quien procreó siete hijos: Gloria Venus, Ricardo León, Leónidas Duque, Félix Franco, Mario José, Vida Mercedes y Juan René Icaza Jiménez.

El poeta Icaza Munguía falleció, igual que Alfonso Cortés, un 3 de febrero, pero del 2002. Por su labor literaria fue objeto de muchos reconocimientos y homenajes en la ciudad de León, La Paz Centro, Chinandega y Jinotepe. La biblioteca pública de El Pellizco, Chichigalpa, fundada el 16 de abril de 1990 y dirigida por el poeta Francisco Reyes Briceño, lleva el nombre de “Edmundo Icaza Munguía”, como un homenaje a su trabajo incansable por las letras. Y más aún, en mayo de 1981, el alcalde, doctor Luis Felipe Pérez Caldera lo nombra Hijo Dilecto de la Ciudad de León.

A pesar de sus limitaciones espirituales y materiales, la pérdida de su madre y de su esposa a temprana edad, el abandono de los estudios formales, la vida adolescente sin el núcleo familiar, alcanza madurez espiritual y personal y se va gestando en su interioridad, el germen poético que desarrollará posteriormente durante toda su vida. Desde su niñez tuvo inclinaciones literarias que afloraron en sus años de adolescencia. Pero es en 1940, cuando empiezan a conocerse sus escritos, publicados en “El Cronista” y “La Noticia”, esta última dirigida por Juan Ramón Avilés, periodista nicaragüense muy destacado.

En los últimos años de su vida el poeta Edmundo Icaza Munguía estuvo dedicado por entero a la literatura y con esfuerzo propio y la de su familia logró publicar muchos de sus libros. En su producción literaria se cuentan 7 obras entre poesía y prosa: Montaña de trinos, Perlas y diamantes, Nicaragua en primavera, Las últimas llamas de un sol, Nueva revolución de cantos, Bellezas de alturas líricas y Tirándole auroras al mundo.

Su primer libro Montaña de trinos, data de los años cincuenta, y contiene 28 poemas y 14 textos en prosa poética de fina y exquisita elaboración técnica. En el libro encontramos poemas amorosos, poemas que celebran a diversas personalidades como los dedicados a Cristóbal Colón y a José de la Cruz Mena. Para mi gusto espiritual, prefiero los amorosos por la profundidad de su temática y su lenguaje muy bien elaborado.

En el poema La muerte de un lirio, el hablante lirico centra su atención, en un problema existencial: la muerte es la libertad del que sufre . Y para expresar su dolida ternura, el poeta recurre a una variedad de apóstrofes para interrumpir su discurso: qué ansiaba?, se pregunta. O para intensificarlo se aparta y cede la palabra al sujeto del poema donde se juntan perspectiva y distancia.

Anotemos del texto cómo el yo lírico se aparta en el discurso y cede la palabra para intensificar el dolor a través del sujeto poético: Qué celajes! No me amaba. Fue cobarde! Es una elegía de tema y estructura modernista llena de nostalgias, lágrima y dolor que en su final expresa la duda de la existencia a través de la antítesis: ¡qué inmensa es la vida! Y qué dulce siento la muerte! Leamos el poema:

La muerte de un lirio

La niña de rostro pálido, qué ansiaba?
Que mirando el cielo decía: qué celaje!
Fue un ingrato, repetía, no me amaba,
ni quiso llevarme en su eterno viaje.

Después grave de nostalgia y desespero
continuaba: no quiso llevarme, fue cobarde.
Me decía, no!, es muy lejos el sendero,
y a menudo lloraba cuando moría la tarde…

Y una noche cruel de dolor infinito,
parecía nostálgico, lirio marchito.
Cuando quedó sublime en su figura inerte

y tras su última lágrima desprendida
murmuró todavía: ¡qué inmensa es la vida!
Y qué dulce siento la muerte!

En el poema Bañista presenta una escena erótica de la ninfa ideal de los amores, relación que se establece en un escenario bucólico entre mujer y naturaleza: desnudóse ella festiva del tierno bosquejo. En el poema prevalecen las adjetivaciones táctiles y audiovisuales para crear una atmósfera en conciliación, un lugar ameno e ideal donde se conjuga erotismo humano y armonía de la naturaleza: Y sumergiéndose entre los ritmos serenos, / copia exacta grabóse en el espejo, / del racimo níveo de sus dos senos. Para ello, personifica la naturaleza y animaliza lo humano con lo cual el yo lírico se intensifica en su búsqueda espiritual: Y deslumbra con los contrastes: Desgrana cantares la corriente… la enamorada fuente, le cubrió de ósculos con frenesí ideal… sus senos parecían, / dos gorriones que inclinando su pico bebían / agua clara de aquella fuente de cristal.

En realidad el poema se sumerge en cierto lirismo romántico y erotismo ideal como si se tratara de una pieza bucólica o pastoril por el Loecus amoenus , es decir, por el lugar ameno que en sus versos escenificaba Garcilaso de la Vega, a partir de las bucólicas de Virgilio, el poeta romano, pero que el poeta Edmundo Icaza Munguía describe así su particular escena personal: tersa fuente, rumorosa, plateada, teñida de luz, sonrisas de aurora, ritmos serenos, la enamorada fuente le cubrió de ósculos, agua clara de aquella fuente de cristal. Mejor gocemos esta ternura erótica:

Bañista

A orillas de una
tersa fuente
rumorosa, plateada soñadora,
óyese que desgrana cantares la corriente,
teñida de luz y sonrisa de aurora.

Desnudóse ella festiva del tierno bosquejo
y sumergiéndose entre los ritmos serenos,
copia exacta grabóse en el espejo,
del racimo níveo de sus dos senos.

Después su faz se sonrojó sonriente,
cuando sintió que la enamorada fuente,
le cubrió de ósculos con frenesí ideal.

Mas todo sonrió cuando sus senos parecían,
dos gorriones que inclinando su pico bebían
agua clara de aquella fuente de cristal.

Pero es en el poema Mujer y flor donde mejor se conjugan los elementos universales de la mujer y la naturaleza, al punto que una es la otra y viceversa: ayer corté una flor… la corté por semejarse a mi amada. Leamos primero el poema y gocemos de las semejanzas:

Mujer y flor

Ayer corté una flor divinamente preciosa
que entre toda la floración era la más perfumada,
no sé si era magnolia u otra rosa,
pero la corté por semejarse a mi amada.

Atraído de su belleza le estreché con cuidado
y al acariciarle su corola tornóse más arrebolada;
después la besé tanto como jamás había besado,
todo por parecerse a la boca corola de mi amada.

Luego sentí que mi cariño crecía
y estrechando su beldad más y más era mía,
por ser de mi amada el retrato tan parecido!

Segundos después que fueron sus encantos míos,
noté que le hicieron daño todos mis extravíos,
estaba incolora y sangrando, le había herido…

El poema es un soneto con rima consonante y mucha libertada en la métrica, pues se pueden contabilizar versos dodecasílabos, alejandrinos y hasta de dieciséis sílabas métricas. El poema puede dividirse en tres apartados en el cual se relaciona una acción esencial. El primer apartado abarca los primeros cuatro versos y se refiere a la acción de corté una flor. El segundo apartado se extiende del verso 5 al 8 y se relaciona con dos acciones esenciales: le estreché con cuidado y la besé tanto.

El tercer apartado comprende los dos tercetos y se refieren a la reacción del yo lírico que sentí que mi cariño crecía y noté que le hicieron daño todos mis extravíos. Y todo ello, por parecerse a la mujer amada a quien se entrega amor y cariño que se convierte en dolor. En realidad pareciera un acto homicida contra un ser delicado como la flor. Sin embargo, observemos la transfiguración que se forja el poeta a través de la flor para decirnos de forma delicada cómo debe tratarse el amor de una mujer. En síntesis, puede señalarse que para el poeta Icaza Munguía, tanto la humanidad como la naturaleza merecen el mismo valor y el más grande respeto. Este poema es interesante porque engloba la visión del poeta sobre su temática predilecta: la mujer, la naturaleza, la poesía misma que es la palabra con que hay que acercarse a ambas.

También, en sus textos en prosas, hallamos piezas poéticas admirables y de reconocimiento como las dedicadas a León de Nicaragua, a Rubén Darío, a muchos poetas leoneses y otras personalidades de la época, como el titulado Madre, dedicado a las madres del universo, y en especial a Salvadorita Debayle de Somoza. Dice en León de Nicaragua: León, siempre que por tus calles transito me inspira todo tu ambiente. Me inspiro porque tú tienes todo lo confortable para el espíritu, porque tú tienes toda la seducción de lo sublime, todo lo atrayente de la pura belleza. Me inspiro en todo y por todo oh León del Istmo: cuando te veo, cuando te leo y cuando te recuerdo!

La prosa de Edmundo Icaza Munguía, por su gran valor poético es equiparable a la prosa poética de Manolo Cuadra . Mientras Cuadra “sorprende, entre otros recursos, el empleo de epítetos antepuestos y pospuestos al sustantivo: El mísero rancho pajizo, la pequeña patrulla triste, montaraces tumbas ignoradas” (Arellano: 1997: 103), Icaza Munguía, emplea la adjetivación antepuesta y pospone un término al sustantivo: Excelsa floración de estrellas, tibias pomas rellenas de amor, frescas protuberancias injertas de mármol, alta concepción de belleza, líquidas caricias de su arrebol, fascínate pirotecnia de diamantes, metálicos flecos del poniente, esbelta caña de bambú, etc.

En estos textos el poeta se muestra evocador y reflexivo, y son breves relatos descriptivos, nostálgicos y poéticos, que aunque están escritos en prosas poseen un trasfondo intensamente poético y preciosista. Obsérvese el ejemplo, tomado del texto titulado Amor infinito en el cual escribe:

Si yo pudiera cantarle a tus ojos, si yo un día osara hablar con ellos, cuántas cosas diría!

Pero para cantarle a esos dos remansos, palacio de luceros, tendría que inspirarme viendo las más excelsa floración de estrellas o bañar de besos mi mente en la áurea vertiente que derrocha la sonrisa de la aurora!

Si yo me atreviera a cantarle a la ínfima boca, si yo empeñara mi pensamiento para escribir sobre ella, qué inspiración tendría!

Pero para hacer un canto poético sobre ese clavel ensangrentado, tendría que probar de todas las arboledas, el jugo de las frutas maduras que picaron las aves del cielo o llegarme a la montaña y que ésta me brindara la miel virgen de sus panales…!

Si yo pudiera componer una oda para tus senos virginales, para esas tibias pomas rellenas de amor, qué regio sería!

Pero para hablar de esas dos frescas protuberancias injertas de mármol y rosa, sólo estando inspirado frente al paisaje de un pico erguido de la montaña, donde el cielo en la más alta concepción de belleza, quemara su cúpula de fuegos atardecidos y acto continuo se desbordara hasta el pie de su cono, regándole líquidas caricias de su arrebol…

Si yo pudiera hacer un poema de tus rizos, si yo un día pusiera toda la inquietud de mi espíritu para cantarle a tan fascinante pirotecnia de diamantes, qué divino sería!

Porque para elogiar tu cabellera de oro y seda, solo contemplando la hora del tramonto sol, cuando cae dorando las matas que bordan los estanques o admirando los metálicos flecos del poniente que prenden de vespertino incendio las crestas de las montañas.

Y si por fin o le cantara a la euritmia del lirio fiel de tu cuerpo, qué inauditos serían mis cantares.

Pero al querer describir tu talle flexible pleno de armonías, solo contemplando el ritmo de la esbelta caña de bambú, solo viendo moverse la figura vaciada de la palmera del trópico o admirando el hechizo de las curvas del mar hasta su confín, donde la pupila se extasía viendo patético caer, el alero azul del cielo sobre el tumulto bullanguero de las aguas…

En el texto anterior, se destacan tres elementos interesantes, muy relacionados con el oficio del poeta, su temática ─humanidad y naturaleza─ y su técnica particular. Nótese que para cantarle a los ojos de la amada, debe primero observar y transformar la naturaleza y através de un recurso poético inspirarse como un lírico lo haría para darse a la amada con extraordinaria ternura de poeta. De otro modo, imposible.

Esa misma estructura ─atributos de la amada, elementos de la naturaleza, recurso y discurso poético─ desarrolla a lo largo del texto, presentando una especie de paralelos trebolados entre los atributos de la amada, los elementos de la naturaleza y los recursos y discursos literarios que debe proyectar para acercarse a la amada con la mejor e infalible ceremonia conocida: la poesía. Nótese también que en los atributos de la amada se presentan los elementos metafóricos y a la vez, los metaforizados. La enumeración de estos detalles nos ayudará a comprender mejor lo dicho:

Atributos de la amada: A tus ojos: a esos dos remansos, palacio de luceros; A tu ínfima boca: clavel ensangrentado; Tus senos virginales: dos tibias pomas rellenas de amor; dos frescas protuberancias; Tus rizos: fascinante pirotecnia de diamantes; tu cabellera de oro y seda; La euritmia del lirio fiel de tu cuerpo: tu talle flexible pleno de armonías.

Elementos de la naturaleza: Excelsa floración de estrellas, La áurea vertiente. La sonrisa de la aurora, Probar todas las arboledas, El jugo de las frutas, La miel virgen de los panales, Paisaje de un pico erguido de la montaña, Donde el cielo… quemara su cúpula de fuego, La hora del tramonto sol, Las matas que bordan los estanques, Metálicos flecos del poniente, Esbelta caña de bambú, Figura vaciada de la palmera, El alero azul del cielo, Tumulto bullanguero de las aguas.

Recursos y discursos poéticos: Cantarle a tus ojos, Tendría que inspirarme, Cantarle a tu ínfima boca, Bañar de besos mi mente, Empeñar mi pensamiento para escribir sobre ella, Canto poético sobre ese clavel, Componer una oda para tus senos, Para hablar de esas dos protuberancias, Hacer un poema de tus rizos, Para elogiar tu cabellera, Toda la inquietud de mi espíritu para cantarle, Qué inauditos serían mis cantares.

En fin, anotemos la conjunción de elementos humanos y de la naturaleza que se mezclan con los recursos y los discursos poéticos del autor, que más bien, pretenden una aproximación de los valores humanos en concreta armonía con la naturaleza y las claves de la poesía.

En conclusión puede señalarse que la poesía y la prosa del poeta Edmundo Icaza Munguía, por el tiempo y la distancia de su producción surgida a principios del siglo XX; por la temática esencial del poeta, combinación de elementos universales ─humanidad y naturaleza─ propios del romanticismo, el modernismo y el vanguardismo; por los recursos literarios empleados en su poética y prosística, los cuales oscilan entre los apóstrofes, las adjetivaciones, las metáforas reelaboradas, libertad del metro en el uso del soneto con bases rítmicas modernistas, la anteposición de adjetivos y la posposición de términos al sustantivo; y por el lenguaje preciosista, con formas elegantes y muy delineadas, y que engloban su visión y su misión literaria dentro de la literatura nicaragüense, es una manifestación de alta calidad de la lírica romántica, el lenguaje y la técnica modernista y sobre todo, una afirmación de los rasgos vanguardistas expresados especialmente en sus textos poéticos en prosa.

Ojalá que su obra empiece a ser divulgada y conocida por las nuevas generaciones de nicaragüenses para seguir asentando las bases de nuestra identidad literaria y cultural como una forma de reconocernos. Leamos, otros de sus poemas interesantes:

Panorama nocturno

Por el césped verde de un sendero,
bajo el crespón solitario de una sombra,
una noche de verano tendía su reguero
de plata y azur para una alfombra.

La luna la ventana de las hojas abría
y colándose impoluta de alabastro puro,
en pedazos blancos su sábana rompía,
como zurciéndole parches al sendero oscuro.

Amábanse las aves en tibio vértigo de amores
y el aura con su abanico cargado de flores,
corría voluptuoso regando perfumes fascinantes.

Mientras el rocío en sentimental rezo solitario
como obra divina, cambió las perlas de su rosario,
por un bello nocturno rincón de diamantes.

León de Nicaragua,
en 1951.

Tengo sed de vivir

No quiero estar de ti separado
florecita del oasis de mi pensamiento,
supieras que anhelo estar a tu lado,
gozando del rosal narcótico de tu aliento.

No es posible olvidar tu amor,
pues te quiero como quiero mi existencia,
como me seduce ir a una flor
para cortarla y aspirar su esencia.

Pues tu amor llevo tan puro,
que no hay otro, te lo juro,
que de tanta ternura esté hecho.

Y si tengo sed de vivir,
es porque quiero llegar abrir,
la exposición de nardos de tu pecho.

Lamento

Frente a un altar orando compungido,
oí el lamento de un ciego acongojado
pedía: Dios mío yo también estoy herido
con lanza, pero no es en el costado.

Es en mis ojos, vasta fortuna perdida,
Señor: por qué mis párpados no despiertas?
Por qué al darme Tú la vida,
me pusiste la dos pupilas muertas?

Dadme Señor ese infinito anhelo,
de ver iluminado de auroras tu cielo
y alabar tu cosmos y creaciones bellas.

Huir del abismo de la noche sombría
y gozar cuando enciendes el templo del día,
de la luna, del sol las estrellas…

Ven

Ven a mí, ha tiempo te espero
y escucha que mis labios nada fingen,
oídme adorada, yo solo decirte quiero,
mi reina, mi Ángel, mi Virgen.

Ven que aunque te ame con exceso,
será bálsamo en mi apasionada locura
y créeme, sólo te daré un beso,
respetando tu candor y hermosura.

Ven, no te daré penas ni llantos,
pues no quiero violar tus perfiles santos
aunque así me impulse la fiebre loca.

Pero si acaso algo puro te pido,
atended a mi sensible corazón herido,
con el clavel bendito de tu boca.

Pedro Alfonso Morales, Telica, Nicaragua.
11 de Noviembre de 2010.